Publicidad

Demócratas de cartón

Por: Francisco Javier Valdés


Señor Director:

Ayer todos bailaban alegremente en la «Fiesta de la democracia» hasta que un grupo, viéndose derrotado en las urnas, comenzó a arremeter contra los que no votaron por ellos calificándolos de «idiotas», «fachos pobres», «ignorantes», «arribistas» e incluso demasiado rubios… Quisieron excluirlos de la fiesta: no sólo intentaron legítimamente elegir algunas canciones sino que, siéndoles esquiva «la niña bonita de la fiesta» que es la voluntad popular, se subieron a su pedestal de pretendida superioridad moral e intelectual para con todo descaro atribuirse la facultad de decidir los invitados a la «fiesta de la democracia» según el criterio maniqueo de nosotros o ellos, buenos o malos. Demócratas de cartón.

¿Hubo violencia física? Poca. Lo que sí ha abundando es la discriminación, el discurso de odio y la violencia verbal. Por algo se empieza y así hemos empezado no una, sino varias veces… Basta revisar la historia de Chile para ver que tras algunas décadas -y cuando a veces la herida parecía por fin cicatrizar- nuestro tejido social vuelve a sufrir un corte que va más allá del simple sistema político (como si fuera poco…).

En la fiesta permanente que es la democracia las mayorías circunstanciales y -y quienes legítimamente las representan, no los autoproclamados voceros del pueblo o de las mayorías- tienen el derecho y deber de elegir la música, pero bailar y participar de la fiesta no es un privilegio de una tribu sino una de las libertades que nos iguala a todos como ciudadanos. Tú y yo tenemos el mismo derecho.

¿No hemos tropezado suficientes veces ya con la misma roca? La escalada de violencia comienza cuando el lenguaje de odio comienza a ser socialmente aceptado. ¿Dónde termina? Indefectiblemente en un abismo oscuro cuya profundidad no podemos prever.

Todavía es temprano y la noche es joven. Que siga la fiesta, pero sin odio, sin miedo y sin violencia.

Francisco Javier Valdés
Militante de RN
@panchovaldes

Publicidad

Tendencias