Señor Director:
Con cierto estupor leí una entrevista realizada por un diario de circulación nacional a la señora Lorena Fries, en su calidad de subsecretaria de derechos humanos de nuestro país. En ella, resalta la afirmación que ella emite acerca del chileno promedio, al cual considera racista, clasista y homofóbico, pero que, por fortuna parece, estamos cambiando.
Encuentro sus palabras una demostración de la mirada acerca de los derechos fundamentales del ser humano que se ha instalado, o ha tratado de instalar en nuestro país, hace ya un tiempo a esta parte. En qué consiste dicha postura, a qué apunta dicha descripción, y, según mi parecer, a considerar a los chilenos como seres pétreos, oscuros, unidimensionales, los que, gracias al cincel de la política impulsada por los sucesivos gobiernos, de la concertación y nueva mayoría por lo menos, estaría saliendo de ese estado de cuasi barbarie. Todo lo cual me parece abusivo, injusto e impropio de una autoridad que debiera tener, en primer lugar, una mirada ecuánime y prudente. Por supuesto que existen esos rasgos que ella describe en nosotros, como en todo grupo humano a nivel mundial, pero no somo solo eso en relación a los derechos humanos, también somos generosos, solidarios y fraternos, aunque la izquierda ideológica, y la política ideológica en general no lo vea, no perciba la complejidad aporética en la cual se despliega nuestra existencia.
Y qué decir de sus dichos cuando dice «el promedio», como si alguien supiera que es eso en cuanto a un valor existencial, como si ella supiera determinarlo con su opinión; además de decir eso de «el chileno», como si ella se encontrara en un limbo, fuera del promedio, descomprometida con la realidad y solo dada a criticar sin parar.
Mauricio de Gilbert
