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Brechas previsionales

Por: Jeannette Jara


Señor Director:

La Presidenta Bachelet anunció que el proyecto de reforma constitucional, enviado al Congreso Nacional, incluye normas específicas para prohibir cualquier forma de discriminación entre hombres y mujeres, especialmente en materia salarial, lo que tiene una especial relevancia en materia previsional y de seguridad social.

La desigualdad remuneracional es un problema presente en el mundo. En la gran mayoría de los países no existen medidas afirmativas que activen la reducción de las brechas de salario entre hombres y mujeres y, salvo contados casos, las políticas públicas y las leyes no han podido resolver esa injusta diferencia que en nuestro país es cercana al 30% en desmedro de las mujeres.

Si bien en el Código del Trabajo se establece el principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres que presten un mismo trabajo, persiste el abuso a las mujeres. Es más, si consideramos las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo, se debiese equiparar el valor del trabajo realizado, sin importar si el puesto de trabajo recibe nombres diferentes, ya sea desarrollado por un hombre o una mujer.
La brecha de salarios tiene un correlato muy concreto en la diferencia en pensiones entre hombres y mujeres. Las tasas de reemplazo de pensiones autofinanciadas dan cuenta de una mediana respecto del último ingreso de 12% para las mujeres y 33% para los hombres.

Al fundarse nuestro sistema en la capitalización individual, el ahorro previsional depende exclusivamente de la capacidad que cada trabajador o trabajadora tiene de aportar a su fondo de pensiones, en relación a su salario y a su estabilidad laboral. Sabemos que las mujeres ganan menos, que tienen más interrupciones en sus carreras profesionales, que tienen menor acceso al mundo del trabajo. Todo esto redunda en que tengan más lagunas previsionales y en que las pensiones se calculen para una mayor cantidad de años producto de la expectativa de vida, disminuyendo así el monto mensual que se percibe.

Entre los desafíos para lograr la igualdad entre hombres y mujeres se hace indispensable continuar la reforma integral al sistema previsional, que además de introducir solidaridad al Pilar Contributivo contemple necesariamente compensaciones a las mujeres para que sus pensiones no se vean afectadas negativamente por la denominada doble presencia –hogar y trabajo–, la maternidad, la falta de corresponsabilidad en la crianza o la desigualdad en el ámbito laboral a nivel de salario y de acceso a puestos de trabajo de mayor jerarquía dentro de la empresa, por lo que el mantener las diferencias con posterioridad a la edad de retiro resulta doblemente injusto.

Implementar un sistema de pensiones mixto, tripartito y solidario debe contemplar medidas afirmativas que deben sumarse a las existentes como el Bono por Hijo, que cierren las distancias entre hombres y mujeres desde la mirada de la seguridad social; es decir, orientadas a cómo desde la sociedad nos hacemos cargo de las personas mayores en la vejez, con especial foco en las mujeres y no reducir la discusión a un tema de aumentar la edad de jubilación y de cotizar unos años más o menos.

Jeannette Jara,
Subsecretaria de Previsión Social

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