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Los terrenos del poder

Por: Genaro Cuadros Ibáñez


Señor Director:

Hace unos días fue noticia en algunos medios las diferencias que estarían enfrentando a la comuna de Santiago y el Congreso por el uso de un sitio en pleno centro de la capital. Se aludía a la propuesta del alcalde Alessandri para dar un nuevo uso al terreno del Ministerio de Bienes Nacionales ubicado en las esquinas de Morandé con Catedral, hoy utilizado por el vecino edificio del Ex Congreso como estacionamiento. La iniciativa constituye en sí misma una idea valiosa que podría transformar 1.200 metros cuadrados de precarios aparcaderos en un nuevo espacio público tipo plaza de bolsillo. Sin embargo, lo que llama la atención en todo esto son los 6.000 metros cuadrados de jardines consolidados que rodean a la sede santiaguina del Legislativo, un espacio que junto a la Plaza de Armas y de La Constitución conforma una de las pocas áreas verdes del centro histórico pero que, pese a esto, y a diferencia de sus pares, está vetada para los santiaguinos. Un sinsentido considerando que pertenecen al principal foro público del país, por lo tanto, a todos los chilenos.

En lugar de disputar 1.200 metros cuadrados para un espacio transitorio, los esfuerzos deberían apuntar a recuperar los 6.000 de uno ya consolidado, algo que además de ser una solución más práctica, podría convertirse en un simple pero valioso gesto para comenzar a establecer una nueva relación entre el poder legislativo y la ciudadanía. Los otros poderes ya dieron un paso. Tras el reciente retiro de las vallas papales que lo cercaron por años, el Palacio de La Moneda permitió a las personas aproximarse al edificio y sus plazas. Por su parte, en el Palacio de los Tribunales se renovó con excelencia la Plaza Montt-Varas que estructuró y dignificó el espacio público y realzó el patrimonio construido: edificio de El Mercurio, Museo Pre Colombino y del propio Ex Congreso, con calle Bandera y futura estación de metro incluidos.

¿Qué sentido tiene entonces que el Ex Congreso continúe enrejado y desconectado de la renovación y de las personas? Ninguno, pero esto no quita que el terreno utilizado hoy como aparcadero pueda ser usado de mejor manera, sobre todo si se considera que en las inmediaciones existen dos estacionamientos públicos pagados disponibles también para los parlamentarios y autoridades que llegan al lugar. Pero si el tema de fondo es habilitar un nuevo espacio público para el centro de la ciudad, hay que ser ambicioso y pedir lo mejor. Si el Municipio y el Congreso van a tener una disputa por un terreno que se quiere entregar al uso colectivo, que lo hagan derechamente por los 6.000 metros cuadrados de jardines ya construidos, que entreguen de manera permanente a los miles de habitantes y transeúntes del casco histórico de la capital un espacio consolidado, de calidad y subutilizado, un verdadero remanso verde –ideal para las capear el calor del verano- que la mayoría nos hemos tenido que conformar con ver desde lejos.

Genaro Cuadros Ibáñez

Director Laboratorio Ciudad y Territorio

Universidad Diego Portales

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