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Sobre el Te Deum evangélico

Por: José Ignacio Ojeda Cofré


Señor Director:

Si bien soy evangélico, estoy totalmente de acuerdo con que uno de los representantes de los poderes del Estado se ausente de este Te Deum por el vergonzoso show realizado el año pasado en que representantes de organizaciones evangélicas realizaron una encerrona a la Presidenta Bachelet. Si bien la crítica es válida y no hay problema en ella, si lo hay cuando quienes realizan esta crítica son operadores políticos de lo que en ese tiempo era la oposición, actual gobierno, al punto que actualmente los que realizaron dicha acción trabajan como «asesores» en el actual gobierno con sueldos millonarios.

Reparo aparte es a la existencia misma de un «Te Deum evangélico» en un Estado Laico, quizás la existencia misma del Te Deum fuese cual fuese. Más el evangélico por su origen espurio como una forma de validación político-religiosa de la dictadura cívico-militar en medio de la defensa a los Derechos Humanos realizada por la Iglesia católica de ese periodo.

Es más el Presidente Piñera amenazó con no asistir al Te Deum ecuménico si estaba el Cardenal Ricardo Ezzati pero no ha emitido ninguna amenaza sobre asistir al Te Deum evangélico a pesar de que el obispo Durán está siendo investigado por el Servicio de Impuestos Internos por delitos tributarios y lavado de activos.

Situación en que se evidencia una doble moral y la deuda que el Presidente tiene con el sector del mundo evangélico representado hoy en día por el obispo Durán, quienes a través de su discurso han estigmatizado como «de derecha» una iglesia como la evangélica que es heterogénea y no tiene una línea política única. Es más siendo honestos con nuestra historia deberíamos estar más cercanos al mundo «progresista» como fue la actitud de David Trumbull, quien luchó abiertamente en favor de las Leyes Laicas que promueven la separación de la Iglesia con el Estado. O Víctor Manuel Mora, pastor, sindicalista y fundador del Partido Socialista en Lota.

Por ello considero importante recordar que los evangélicos somos un grupo diverso, sin una voz ni postura única frente a muchos temas. Que a diferencia de la Iglesia Católica no tenemos una voz de representación única, a pesar de que algunos se la quieran atribuir.

José Ignacio Ojeda Cofré, Laico evangélico, Fundación Helmut Frenz

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