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Controles y Equilibrios

Por: Fernando Thauby


Señor Director:

La mayoría de los países tienen sistemas de “controles y equilibrios” entre los diversos poderes del Estado de manera de evitar los abusos y las arbitrariedades. En estos días La Moneda dice que con la experiencia con el General Soto “aprendió la lección” y alista reforma para remover en forma directa a jefes de FFAA y Carabineros, eliminando un “equilibrio de poder” cuya necesidad se aprendió duramente.

Según Chadwick “La experiencia de gobernar y la necesidad de ir modernizando las instituciones ha hecho al Presidente llegar a esta conclusión”. El objetivo de La Moneda es terminar con el llamado “decreto fundado”, el mecanismo que contiene el artículo 104 de la Constitución al que debió recurrir el Gobierno luego de la negativa del General Soto de poner su cargo a disposición.

En Chile, se creía que la supremacía sobre las FFAA la tenía la Constitución y tanto los poderes ejecutivo, el legislativo y judicial como las mismas FFAA no reconocían ni ejercían discrecionalidad alguna en su empleo. Menos aun en función de sus intereses políticos personales o de su gobierno.

Esto fue puesto a prueba de la peor manera posible durante el gobierno de Salvador Allende. Desde su triunfo, a fines de 1970, ya se temía lo peor. El 3 de enero de 1971 se aprobó el “Estatuto de Garantías Constitucionales” que el Partido Demócrata Cristiano (PDC) exigió a Allende para ratificar su triunfo electoral en el Congreso. El PDC le exigió que “se respeten las estructuras orgánicas y jerárquicas de las FFAA y el Cuerpo de Carabineros … .

No fue así, había una brecha en el sistema que era la potestad del Presidente de eliminar a los altos mandos militares por si y ante si, sin expresión de causa ni fundamentación alguna a ninguno de los otros poderes del Estado.

En 1970 el General Cesar Ruiz Danyou fue designado Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea. En 1973 el Presidente Salvador Allende lo nombró Ministro de Obras Públicas y Transportes, cargo en el cual permaneció sólo ocho días, tras presentar su renuncia en agosto de 1973.

Según Allende para permanecer en su cargo de Comandante en Jefe debía continuar en el cargo de Ministro de Obras Públicas y Transporte para controlar una huelga general de carácter político que llevaba a cabo ese gremio. El general Ruiz renunció a ambos cargos en medio de una fuerte tensión, en la cual prevaleció la imposición de Allende ya que tenía la potestad para forzarlo a plegarse a su voluntad.

Para evitar la repetición de este abuso, en la nueva Constitución el Gobierno Militar incluyó la participación del Congreso en la eventual destitución de un Comandante en Jefe, la que luego fue desnaturalizada transformándola en el envío de una mera información al Congreso.

Ahora, Piñera y su Ministro Chadwick consideran la necesidad de eliminar toda participación del Congreso e intentan concentrar en el Presidente el poder absoluto y total sobre el comportamiento de los Comandantes en Jefe.

Que el Congreso no se queje de su irrelevancia.

Eso no es aprender, es olvidar.

 

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