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Hospital digital, otro eslogan de los «tiempos mejores» Opinión

Hospital digital, otro eslogan de los «tiempos mejores»

Sebastián Poblete Moya
Por : Sebastián Poblete Moya Médico General de Zona en Puerto Cisnes - Región de Aysén
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Recientemente la agenda pública del Minsal se ha desplegado en torno al Hospital Digital, iniciativa que se ha planteado como una política sanitaria de relevancia. Pero los hechos dicen otra cosa: la diferencia entre lo que se viene haciendo en casi todas las regiones y el llamado Hospital Digital, radica en solo dos puntos. Por un lado, actualización del hardware de soporte de la teleasistencia –mejor conexión, mejores pantallas– y, por otro, centralizar las teleatenciones, que actualmente se resuelven en las redes locales de salud, en Santiago. Ninguno de los puntos podría llamarse individualmente, o en conjunto, una política pública de salud.

Treinta y un mil millones de pesos tiene asignados el proyecto de Hospital Digital del ministro Santelices que, según palabras del titular de la cartera de Salud, tiene por objetivo cambiarle la cara a la salud pública de Chile.

Concretamente, esta iniciativa pretende abordar 4 ejes de atención: evaluación por especialistas vía telemedicina; consultas de atención primaria por médicos generales en lugares donde no hay profesionales médicos disponibles –vía telemedicina–; control de crónicos con monitoreo en domicilio; y gestión de casos utilizando ficha clínica electrónica.

Los beneficios de usar la tecnología de las telecomunicaciones para ampliar y optimizar la cobertura de salud, en un país con las características geográficas del nuestro, son innegables. Tanto es así, que son parte del quehacer de los trabajadores y las trabajadoras del área desde los inicios de la salud rural en Chile.

Como ejemplo de lo anterior, es bueno mirar la experiencia de la Región de Aysén, como paradigma de una red de salud que tiene a cargo una población con una gran dispersión geográfica (más de 1 km2 por habitante) y un alto índice de ruralidad. Nueve de sus diez comunas son consideradas rurales y, según datos de la OCDE, el 44% de su población vive en condición de ruralidad.

La red de la Región de Aysén cuenta, entre otros centros de salud, con 28 postas rurales de salud. Entre los años 2014 y 2018, como parte de la política de expansión del recurso humano médico de salud, se llevaron médicos generales a 14 de esas postas. Muchos de estos compatriotas pudieron, por primera vez en sus vidas, compartir con un médico sus problemas de salud y obtener una solución en su mismo lugar de residencia. Las personas de las otras 14 postas siguen relegadas, siendo atendidas por técnicos en enfermería como primer contacto (al igual que en el actual proyecto ministerial), para luego ser evaluados por teleasistencia por algún médico o médica de turno, ya sea en el centro regulador de la capital regional o en alguno de los 3 hospitales de baja complejidad que se encuentran en el territorio.

Estos hospitales de baja complejidad ya resuelven muchas de las atenciones de nivel secundario utilizando evaluaciones por especialista a distancia, disminuyendo el gasto de bolsillo y ahorrando a sus usuarios prolongados viajes al Hospital Regional. Así, se resuelven desde hace algunos años atenciones dermatológicas, evaluaciones preanestésicas, indicaciones de cirugía general, controles con neurólogos, internistas, pediatras y traumatólogos, entre otros. Todo esto, sin usar un peso del presupuesto del Hospital Digital del ministro Santelices.

Pensar que las brechas sanitarias del sistema, que afectan a los millones de chilenos y chilenas que se atienden en la red pública de salud, se resuelven con mejores computadores y centralizando las atenciones en Santiago, es subestimar la magnitud del problema. Hospital Digital no mejora en nada la brecha de médicos generales y especialistas necesarios en la red pública de salud, ofreciendo un parche virtual a un sistema de salud chileno que requiere soluciones reales y urgentes.

Se pueden mejorar computadores, pantallas y contratar banda ancha, pero lo fundamental es aumentar la dotación de médicos en zonas rurales. Hacerlo en 200 puestos –un incremento del 40% de la oferta anual de cargos– tendría un costo aproximado de 6 mil millones de pesos al año, lejos de los 31 mil millones que cuesta este poco novedoso y marqueteado proyecto de Gobierno.

Ministro Santelices, le sugiero que ocupe el 20% de los recursos asignados a este proyecto para mejorar en serio la cobertura de salud de millones de compatriotas dispersos en nuestro largo y angosto territorio. Menos hardware, más software.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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