Publicidad
Cuenca del Lago General Carrera: un territorio en peligro Opinión

Cuenca del Lago General Carrera: un territorio en peligro

Publicidad
Andrés Guillmore
Por : Andrés Guillmore Sociólogo, poblador de la cuenca del lago General Carrera, Past-Director de Corporación Costa Carrera
Ver Más


En el año 1993 un grupo de pobladores de la cuenca del lago General Carrera al sur de Aysén, tomó una de las decisiones más atinadas en lo que se refiere a temas ambientales y de sustentabilidad social y productiva a nivel regional, al haber conformado la Junta de Vecinos del lago General Carrera. La idea surgió en el entendimiento que más temprano que tarde, este territorio estratégico para el desarrollo de Aysén, Chile y el planeta, entraría en batalla por su sobrevivencia territorial, social, cultural y ambiental.

Esta es una cuenca compartida con Argentina (lago Buenos Aires) que fuera de su maravillosa calidad escénica y ambiental, es ampliamente reconocida en la actualidad a nivel nacional e internacional con el desarrollo de la actividad turística, que se ha proyectado en este territorio patagónico y ser reconocida como una de las cinco reservas más importantes de agua dulce del planeta y parte fundamental del tratado de cuencas compartidas firmado con Argentina en el año de 1991, bajo el gobierno de Patricio Aylwin.

En el año 1995 con el auspicio del gobierno de Ricardo Lagos Escobar, el gremio salmonero que habían intervenido el litoral de Aysén desde 1992, se había transformado de la noche a la mañana en el producto estrella de exportación y como la lógica mandaba en ese entonces, decidieron ir por las prístinas aguas de la cuenca del lago General Carrera y sus magníficos afluentes.

La Junta de Vecinos Costa Carrera en plenas funciones, ante la posible intervención salmonera y lo que ello configuraba como atentado a la sustentabilidad del proceso de reconversión que estaban viviendo los pobladores de la cuenca hacia la actividad turística, ante la crisis existencial que vivía la ganadería ovina que sustentaba productivamente a los pobladores del territorio, por la asociación de Chile al Mercosur y haber quebrado la industria textil chilena y por lo tanto eliminando los poderes de compra históricos de lana y ganado bovino para faenación, decide enfrentarse a los salmoneros para impedir la intervención.

Con ese objetivo en 1996 se transforma en la Corporación Costa Carrera (Agrupación de Empresarios Turísticos, pobladores y dueños de tierras) y entrar en batalla por la sustentabilidad social, cultural, ambiental y productiva de la cuenca.

En los inicios del proceso de defensa ante el gremio salmonero, todos veían como un hecho el arribo de las jaulas al lago General Carrera, porque contaban con el auspicio del gobierno de la época y se entabló una dura batalla entre la Corporación Costa Carrera y el gremio Salmonero. La Corporación tuvo la feliz idea, de pedir la ayuda de Sernatur Aysén, Minvu Aysén y de esa alianza estratégica surgió un plan que en ese entonces resultaba descabellado, pero era la única solución viable para impedir el paso de las salmoneras, cuando no tienes nada y lo quieres todo. Que era declarar la cuenca del lago General Carrera ZOIT (Zona de Interés Turístico) una denominación que ningún territorio regional lo había obtenido hasta ese entonces y por lo tanto se veía complicado y complejo que sucediera en un territorio que poco se conocía en ese entonces.

La corporación Costa Carrera como estrategia de desarrollo postuló a un proyecto Corfo para financiar el Estudio de factibilidad de la declaratoria ZOIT y cuando nadie lo esperaba fue aprobado. Se designó a la Universidad Católica de Santiago para que hiciera el estudio correspondiente de la factibilidad. En el año 2000 luego de un proceso de casi 4 años, de profundos estudios sociales, económicos y productivos de reconocimiento del territorio, se logró la ansiada declaratoria ZOIT para la cuenca del lago General Carrera; que imposibilito el arribo de las salmoneras y se transformó en un hito para el desarrollo sustentable de los pobladores de la cuenca y los territorios con características especiales a nivel nacional y desarrollaran sustentablemente la actividad turística. Los salmoneros comprendieron que no podían entrar en la cuenca del lago General Carrera y dejaron de insistir.

Cuando parecía que no existía impedimento alguno para que la cuenca y sus comunidades desarrollaran su futuro en la actividad turística en forma sustentable, cuidando la denominación de origen y el sello verde; en 1997 surge el tema de los derechos de aguas del lago General Carrera y sus afluentes, que habían sido privatizados en las postrimerías de la dictadura y que fueron entregados a Endesa España y que querían intervenir el río más emblemático de la cuenca, el Baker, para producir energía; destruyendo de esa manera la proyección de un futuro sustentable y que habían configurado una empresa que fue conocida como HidroAysén.

Nada es tan fácil como se puede creer en temas de desarrollo sustentable y más aún cuando los intereses de la Moneda están inmiscuidos. Nuevamente la Corporación Costa Carrera se vio en la obligación de entrar en batalla por la sustentabilidad de la cuenca y para ello estratégicamente entra como socio fundacional de la CDP (Consejo de Defensa de la Patagonia) y se hace parte de lo que se reconoció a nivel nacional e internacional como “Patagonia Sin Represas”.

Fue una batalla ardua y desgastante que duró más de 10 años, que tuvo en vilo la proyección de las actividades turísticas y ganaderas de la cuenca. Pero como la verdad es una sola, esta nefasta intención fue anulada y por segunda vez la Corporación logra defender el territorio con sus aliados de la CDP, haciendo que HidroAysén no logre llevar a cabo su intención y se anule definitivamente la intención en el 2017 durante el primer gobierno de Sebastian Piñera.

Pensamos todos, que por fin habíamos logrado lo imposible, haber derrotado a importantes transnacionales y salvado definitivamente a la cuenca del lago General Carrera de las garras del extractivismo corporativo de las grandes transnacionales. Que el futuro estaba garantizado para las comunidades. Pero como dijo alguien por ahí, “siempre puede ser peor”, en la actualidad la cuenca del lago General Carrera vuelve a estar amenazada por los intereses de las grandes corporaciones extractivistas. Esta vez no son los salmoneros, tampoco los que producen energía; SON LOS MINEROS.

La Corporación Costa Carrera se ve nuevamente en la obligación de entrar en batalla por la sustentabilidad de la cuenca. El Gobierno por medio del ministerio de Bienes Nacionales, desafectó 3.600 hectáreas del Parque Nacional Patagonia, que son parte de la Reserva Nacional Jeinimeni y se las entregó a la minera los Domos de capitales Australianos. Coaccionando a Fundación Tompkins para que no pusiera reparos en la desafectación, con la no financiación de la Red de Parques de la Patagonia que había prometido la ex Presidenta Michelle Bachelet al final de su segundo gobierno; que en si mismo es un hecho inaceptable y fuera de toda lógica, en una cuenca que depende fundamentalmente de la pristinidad de sus aguas para desarrollar sustentablemente sus desarrollos productivos y de servicios.

En la cuenca del lago General Carrera en la actualidad se desarrolla la fruticultura de exportación de la cereza a China y California; viticultura, con la producción del vino más austral del planeta en la localidad de Chile-Chico; la agricultura orgánica y el turismo de intereses especiales. Actividades que han posicionado a esta cuenca aysenina como uno de los destinos turísticos más importantes del planeta. En el viven y se desarrollan alrededor de 7 mil personas, que basan su desarrollo en la pristinidad de sus aguas y en la calidad escénica y ambiental del territorio.

La minería que pretende instalarse en la cuenca, destruye esa sustentabilidad productiva, ambiental, social y cultural que se ha desarrollado con tanto esfuerzo por los pobladores. Por ende es una obligación de parte de todos no permitirlo y tal como se desestimó a los salmoneros y HidroAysén en su momento para no afectar el futuro de esta cuenca tan especial. En la actualidad debemos aplicar el mismo concepto y no aceptar que la minería corporativa extractivista, intervenga esta cuenca maravillosa. Que de ser intervenida destruiría para siempre su proyección de futuro y la sustentabilidad que ostenta en la actualidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias