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Recorte presupuesto a la Ciencia

Por: Juan Diego Maya y Jonás Chnaiderman


Señor Director:

Este año, más que en ningún otro, Chile comprobó la importancia de tener una estructura científico-tecnológica apta para responder a una contingencia de la magnitud de la pandemia por la Covid-19.

Desde el fortalecimiento de capacidades diagnósticas, pasando por el desarrollo de sistemas de ventilación mecánica y selección de sueros para transfusión de anticuerpos, hasta el complejo mapeo de la variabilidad del virus, diversas acciones fueron posible porque nuestro país cuenta con científicos entrenados para encarar esos desafíos.

Y bien vale recordarlo hoy: gran parte de estas capacidades fueron oportunamente financiadas por el Estado.

Aunque entendemos que los desafíos presentes y futuros son enormes, y los recursos para una reactivación económica –así como para enfrentar otras problemáticas sociales y ambientales en el país– son urgentes, cuesta entender la envergadura del recorte presupuestario para Ciencia.

Como comunidad científica, estamos consternados. Mientras este año no se abrirá llamado a concurso para el programa Becas Chile de Posgrado, la recién creada ANID reduce sus fondos en un 9,1%, lo que perjudicará el desarrollo de iniciativas como FONDAP, becas de inserción y una parte del presupuesto de becas nacionales.

Por otro lado, el Ministerio de Ciencia tendrá que absorber varios institutos de importancia para el país (entre ellos el Instituto Antártico y la Comisión Chilena de Energía Nuclear), pero hasta hoy no existe certeza de que las carteras de origen hagan, al mismo tiempo, transferencia de los recursos para su funcionamiento.

Es decir, irán a cuenta del ya escuálido presupuesto de Ciencia.

Según nuestra estimación, se le están quitando casi 60 mil millones de pesos a un Ministerio instalado hace menos de dos años. Y solo como referencia: el Ministerio de Interior y Seguridad Pública recibirá 136 mil millones de pesos adicionales en comparación al último año.

Chile tiene uno de los peores indicadores de inversión en investigación y desarrollo (0,38% del PIB) entre los países de la OCDE. Con esta decisión no estamos sino empeorando las cosas y ensombreciendo nuestro futuro. La ciencia ha dejado de ser un elemento de prioridad, por lo menos en los últimos ocho años.

Tras el envío por parte del Ejecutivo del Proyecto de Ley para el presupuesto nacional 2021, la palabra la tiene el Congreso. Nuestros parlamentarios y parlamentarias tendrán la oportunidad de forzar un cambio y enmendar este rumbo equivocado. Y es una responsabilidad que no pueden dejar de asumir.

Dr. Juan Diego Maya, director

Dr. Jonás Chnaiderman, subdirector

Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM)

Facultad de Medicina Universidad de Chile

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