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Cuatro de cada cinco estudiantes frustrados

Por: Fernando Prieto


Señor Director:

La ausencia de ideas nos cuesta muy caro. Cuando marcharon los pingüinos el 2006, la respuesta del gobierno de entonces fue aumentar el presupuesto de educación de 7 mil a 10 mil millones de dólares. Las marchas del 2011 incrementaron el presupuesto del Mineduc en tres mil millones de dólares adicionales, para llegar a los 13 mil millones de dólares de hoy.

Estas medidas, a primera vista habrían traído algunos logros. Sobre un 50% de los estudiantes acceden a la educación superior, lo que le permite a Chile lucir hoy con orgullo en la región el acceso universal a educación superior.

Pero, si miramos en detalle esos datos, más allá de las estadísticas oficiales de los estudiantes que desertan en primer año, el dato relevante es el porcentaje que no termina su carrera que se encuentra en torno al 50%. Adicionalmente, ya es un hecho conocido y no resuelto, que el cartón no es garantía de nada, y que menos de la mitad de los estudiantes que egresan logra desarrollarse en su profesión.

Hoy cuando los chilenos están hipotecando su vejez para mantenerse, cabe preguntarse si tiene sentido que entre todos estemos financiando, gratuidad incluida, un sistema de educación superior con tasas de éxito tan exiguas. La mayor cobertura de educación superior, más que un logro social, está siendo responsable, en parte, del malestar y frustración de cientos de miles de chilenos.

Esto amerita un análisis mucho más profundo, pero por ahora, al menos debiera ser responsabilidad de las instituciones de educación superior garantizar a los jóvenes y sus familias que al ingresar éstos, después de 15 meses sin clases presenciales, estarán en condiciones de aprender y llevar adelante satisfactoriamente su carrera. Sin esa garantía, pareciera aconsejable recuperar y reforzar los conocimientos de enseñanza media de alguna forma, para hacer un intento serio el 2022.

Fernando Prieto
Gerente General
Pixarron

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