Señor Director:
Todos coincidimos en que es una buena noticia que una empresa del tamaño y los recursos de Colbún destine parte de sus propiedades a la preservación y conservación ambiental, como lo dio a conocer el domingo 31 de enero último un medio de comunicación nacional.
Pero resulta paradójico que, mientras Colbún adopta ese tipo de decisiones, de manera paralela siga negándose a compensar debidamente a más de 1.300 agricultores de María Pinto y Curacaví, que perdieron prácticamente toda la cosecha de 2020 y gran parte de la de este año por la falta de agua que sufrieron durante casi un mes a raíz del desplome de un túnel de cuya mantención es responsable la compañía, según un contrato firmado entre esta última y los regantes en 1937.
Dicho contrato permite a la empresa eléctrica utilizar el agua del canal de Las Mercedes para la operación de su central Carena, a condición de mantener en perfecto estado el túnel Patagüilla, cuyo desplome ocurrió a fines de noviembre del año pasado, dejando sin el recurso hídrico vital a 16.000 hectáreas de cultivos.
Ya han pasado más de dos meses desde ese lamentable hecho y, además de la negativa de Colbún a compensar adecuadamente a los agricultores, el derrumbe de dicho túnel sigue generando efectos ecológicos de importancia en la zona, pudiéndose ver grandes cantidades de peces muertos en tranques secos.
Pese a la gravedad de la situación y al involucramiento de las autoridades, Colbún muestra una nula voluntad de brindar solución a un problema que afecta no sólo a los agricultores de la zona, sino que a todo su ecosistema. Una clara muestra, en resumidas cuentas, de una “responsabilidad” empresarial bastante relativa, por no decir de papel.
José Antonio Covarrubias
Presidente de la Asociación del Canal de Las Mercedes
