Señor Director:
El éxito de la provisión de vacunas en nuestro país, es reconocido internacionalmente, pero poco se dice de los verdaderos visionarios de este proceso. Fue la Universidad Católica de Chile, y específicamente Alexis Kalergis, profesor de la Pontificia Universidad Católica (PUC) y director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia, quien se contactó con el rector de la casa de estudios, Ignacio Sánchez, durante febrero del 2020, antes de que el virus fuese detectado en Chile, para informarle del trabajo conjunto que llevaba a cabo con profesores de China relacionado con vacunas de virus respiratorios y que podían tener una buena proyección en Covid-19.
Las conversaciones continuaron, hasta que en mayo se comenzó a avanzar en un acuerdo de entendimiento, con el cual el laboratorio chino buscaba que la PUC participara del ensayo clínico en Fase III de la vacuna que se encontraba en desarrollo. Allí, Sinovac planteó que el estudio debía ser financiado por Chile, en total, eran US$ 6 millones. El rector Sánchez asegura que “eso fue un golpe importante”.
“Pero nosotros dijimos: ‘Podemos avanzar en el financiamiento, pero ¿qué obteníamos a cambio?’”. Y se obtuvieron dos cosas: primero, la posibilidad de optar a 20 millones de dosis por año por tres años, lo que podía ser clave”.
En segundo lugar, se aseguraba un 25 % de descuento, en un valor que no estaba claro cuánto iba a ser, pero ronda los 6 a 12 dólares por dosis”. De esta forma, el 25 de junio de l2020, la PUC firmó un acuerdo que la comprometía a buscar en un plazo de un mes los recursos para iniciar los estudios. Ahí comenzó una tarea titánica, asegura Sánchez: “Tuvimos que hacer la solicitud a la Secretaría General de la Presidencia, hablar con Cristián Larroulet, hablar con el director de Presupuestos, con el Ministro de Hacienda, enviar recados al Presidente. Finalmente, el Gobierno nos dijo que si conseguíamos USS 2 millones, el Estado ponía US$ 4 millones”. En esa situación, dice, acudieron al presidente de la CPC, Juan Sutil, quien aceptó contribuir en el financiamiento que faltaba. La Dipres aprobó los US$ 4 millones el 31 de julio del año pasado, a solo días de que la Universidad firmara el convenio.
Enrique Paris, ministro de Salud, asegura que “fue fundamental el rol de la Universidad Católica, que al solicitar que el estudio clínico en Fase III se realizara en Chile nos permitió tener una mejor relación con Sinovac, y después hizo el enlace hacia el Ministerio de Salud de los beneficios que se lograron obtener al negociar el estudio clínico en Chile”. Finalmente, en octubre la Universidad traspasó el convenio al Ministerio de Salud, para iniciar la negociación de la compra de vacunas, la que se concretó con la llegada de casi cuatro millones de dosis del laboratorio Sinovac, durante enero.
Enrique Escudero Herrera
