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Por qué la psicología no es una ciencia

Por: Jorge Salvo


Señor Director: 

Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con el análisis que Carlos Peña hace de la entrevista, conversación, podcast o como se le quiera llamar, en que Izkia Siches llamó “infelices” a aquellos ingenieros (¿comerciales?) que ofician de epidemiólogos.

Pero la Carta del Centro de Estudiantes de Psicología UC basa su crítica en el siguiente párrafo: “Como estudiantes de Psicología, encontramos una falta ética el analizar desde corrientes psicológicas, cuando lo expuesto por Peña no corresponde a un saber académico, sino a juicios de valor arbitrarios y machistas.” El resto de la Carta se limita a extender y explicar por qué Peña no tiene la autoridad académica para expresar dicha crítica y por qué sus argumentos son inaceptables por estar desfasados en el tiempo y por haber sido usados para sustentar la misoginia estructural de la sociedad chilena.

La implicancia es obvia: ellos, como futuros miembros del clan privado y universal de los psicólogos, sí tienen el derecho a emitir juicios de valor sobre la sociedad, las declaraciones de Izquia Siches y las críticas de Peña, puesto que “casi” son poseedores de la autoridad intelectual que les asegura su cercanía con la disciplina.

Si yo les preguntara a estas “autoridades científicas”, ¿cuál es la distancia más corta entre dos puntos en cualquier lugar del universo?, probablemente todos ellos asegurarían sin titubear que es “una línea recta”. Sin embargo, sabemos hace unos 100 años, desde la comprobación de la teoría especial de la relatividad que, en la realidad cosmológica en la que estamos insertos, esa distancia es “una línea curva”.

Richard Feynman, al comienzo de la primera sesión de su famosa clase de física teórica en CalTech, advierte a sus alumnos que lo primero que tienen que desechar del conocimiento científico es lo que se sustenta en la llamada “autoridad científica”, es decir, aquello que no está sustentado por comprobación empírica; y Carl Sagan considera el argumento que se remite a la “autoridad” como una de las mejores formas de descubrir BS (en inglés bullshit, lo que en español se traducir como “fecas de toro”).

Lamento decirles a los estudiantes de psicología que su Carta es una colección de BS. No es que Peña, el columnista de El Mercurio, sea mejor, porque todas sus columnas están tan llenas de BS eurocéntrica, que uno se pregunta, ¿qué tan lejos está del servilismo colonial? Sólo que lo de Peña, aunque no se le pueda tomar en serio, tiene un refrescante estilo sarcástico que me recuerda a mi padre.

En Chile, estimados jóvenes de la UC, solíamos despreciar a los “tontos graves” que se tomaban demasiado en serio a sí mismos. Muchísimos de ellos directamente ligados a El Mercurio, como Jorge Alessandri Rodríguez, Jaime Guzmán Errázuriz, Hermógenes Pérez de Arce… y tantos otros.

Traten de no seguir esos pasos.

 

Jorge Salvo

Ph. D. de Florida State University

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