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¿Los chilenos odiamos las matemáticas?

Por: Cristián Sepúlveda Zúñiga


Señor Director:

Históricamente, las matemáticas son una de las disciplinas científicas que han despertado y despiertan dos sentimientos totalmente opuestos entre la población chilena: un sentimiento de admiración, por una parte, por su simpleza para explicar diversos fenómenos mediante el modelamiento y, por otra parte, rechazo, por una aparente sensación de que su lenguaje y simbología es muy técnica y, por ende, lejana al ciudadano de a pie.

La verdad es que, como académico de la disciplina, en un primer momento me llamó mucho la atención este rechazo a las matemáticas, no encontrándole lógica. Sin embargo, con los años, trabajando como docente de esta disciplina, me he dado cuenta que esta reacción puede encontrar una posible causa en dos factores que para mí son cruciales: en primer lugar, el currículo escolar, que no nos permite dar la significancia debida a la disciplina, dado que prioriza que se cumpla una determinada cantidad de objetivos, sin evaluar la forma en que ello se está realizando; y, en segundo lugar, la actuación de ciertos agentes, como lo son los medios de comunicación (una de cuyas funciones, es preciso recordarlo, también es educar), quienes pueden no sólo aportar poco o nada a la enseñanza de la misma, sino que incluso contribuir a lo contrario, al publicar, por ejemplo, gráficos mal construidos para hacer notar un dato o información que se quiera resaltar.

Enseñar matemáticas, hoy en día, no equivale a lograr que el alumno mecanice ciertos procedimientos con el lenguaje y los símbolos propios de la disciplina (como lo son el desarrollo de los famosos ejercicios para llegar a un resultado), sino que es darle a entender el sentido que tiene cada concepto, principio y estructura.

Como académicos de esta ciencia, nuestro principal objetivo debe ser facilitar la comprensión de fenómenos al ciudadano de a pie. Si este principio se cumple, será fácil transmitir a la ciudadanía la simpleza y belleza con la que esta disciplina, por ejemplo, logra explicar que, hoy en día, la pandemia ha alcanzado un nivel crítico en el país, y ello no solamente gracias a la elocuente cifra de contagiados diarios, sino también mediante conceptos como el “factor R efectivo”, que nos dice si la infección está o no controlada a través de un intervalo de valores.

 

Cristián Sepúlveda Zúñiga

Licenciado en Educación Matemática con mención en Astronomía Educacional, UMCE, Chile

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