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Simplemente Pep Opinión Crédito: EFE

Simplemente Pep

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Guardiola es más que un técnico de fútbol, porque sus pensamientos y formas de encarar la vida lo llevan a un estatus de líder, dentro y fuera de la cancha. No hay jugador que haya sido dirigido por el catalán que no exprese maravillas del estratega nacido en Sampedor, de su amada Cataluña. Ahora, a este coleccionista de títulos se le viene el desafío de la Champions y el 29 de mayo tendrá esa opción ante el Chelsea.


De Guardiola se han escrito y seguirán escribiendo miles de opiniones y columnas. Bueno, esta es una más de ellas, considerando que este técnico amante de Cataluña ha tenido y tiene un camino maravilloso para seguir hablando de él.

Guardiola es más que un técnico de fútbol, porque sus pensamientos y formas de encarar la vida lo llevan a un estatus de líder, dentro y fuera de la cancha. No hay jugador que haya sido dirigido por el catalán que no exprese maravillas del estratega nacido en Sampedor, de su amada Cataluña.

Ha cruzado todos los límites de la inventiva táctica, siendo un revolucionario y visionario a la hora de diseñar estrategias y tácticas para superar a sus rivales. Puede ver muchos videos y cada juego lo medita detalladamente para sacarle el máximo de provecho a sus jugadores y ver cómo dañar al oponente de turno.

Ya en el recordado Barcelona que ganó todo, con Messi, Xavi e Iniesta como estandartes, se dio el gusto primero de depurar el camarín sacando a figuras de peso que atentaban contra la “disciplina” del plantel. Así, nombres como Deco, Ronaldinho e Ibrahimović tuvieron que hacer sus maletas desde la ciudad condal. Guardiola es muy cercano a los futbolistas, casi paternal, pero no acepta el más mínimo síntoma de desorden.

Armó su equipo en torno a Messi, para que pudiese brillar el argentino y, de paso, se dio el gusto de jugar muchas temporadas sin el delantero centro, generando una serie de cambios en la posesión, con volantes de buen pie y así no entregar referencias a las defensas rivales.

Cuando llega a Alemania, con seis meses de estudio del idioma para dar su primera conferencia de prensa en esa lengua, Guardiola ya tenía en su mente el cambio que haría en el poderoso equipo bávaro para sorprender a muchos. Les pidió a sus laterales en ese momento, Kimmich y Alaba, que ocuparan los pasillos internos para generar doblaje por fuera con los externos Ribéry y Robben. Así los marcadores laterales rivales no sabrían a ciencia cierta cómo cubrir esas subidas, que eran verdaderas oleadas rojas. La fórmula le rindió éxito a cabalidad y muchos otros estrategas imitaron la movida, no todos con fortuna. La calidad del plantel del Bayern Munich hablaba por sí sola en la Bundesliga y Europa.

Tanto se involucra Guardiola en el bienestar y tranquilidad de sus jugadores, que pidió cambiar la nutrición. Al principio resistido, a los meses los resultados hablaban por sí solos. Su deuda fue la Champions con el gigante alemán, pero dejó una huella notable.

Los petroeuros del City lo llevan a Manchester. Otro desafío enorme y con una mochila gigante. Los jeques dueños del cuadro celeste lo único que anhelan es levantar la Champions. Este 29 de mayo tendrá esa opción ante el Chelsea. La Premier es tarea con doble check, un equipo sólido y que, gracias a los recursos, ha logrado tener los deportistas escogidos con pinzas por el catalán.

Tomó la decisión de volver a jugar sin el 9 clásico y así destrozó a sus oponentes. De Bruyne, Gündoğan, Rodri, Bernardo y Mahrez fueron sus intérpretes a cabalidad de la idea que quería plasmar. Hay una anécdota que marca el liderazgo de Guardiola durante la pandemia, cuando bajó las cargas de entrenamiento para que sus jugadores estuvieran el mayor tiempo posible con sus familias. Los protegió y ellos agradecieron el gesto.

En otra oportunidad, el alemán Gündoğan, uno de sus futbolistas preferidos en cancha y vecino del técnico, estaba de cumpleaños. Un amigo del jugador le dice que tocan a la puerta y era precisamente Pep, quien venía a dejarle una botella de champaña de regalo. El festejado lo invita a pasar y Guardiola declina. Pasan 20 minutos y vuelve a sonar el timbre. Pep sonriente le dice

–Gundo… celebremos

Guardiola compartió una hora con su futbolista y se marchó. Gündoğan, sorprendido, le agradeció el gesto y valoró esa instancia de cercanía.

Guardiola ya debe estar procesando las fórmulas idóneas para superar al Chelsea por la Champions. De seguro tiene varios ases bajo la manga, de un coleccionista de títulos que ha sido un visionario de la forma de atrapar y seducir a sus planteles, llevándolos a la cima.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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