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¿Cómo avanzar en la diversificación de nuestras exportaciones? Opinión

¿Cómo avanzar en la diversificación de nuestras exportaciones?

Los gobiernos regionales en Chile sufren brechas de capacidad con respecto a la administración nacional, es importante complementar la agenda de descentralización con esfuerzos para aumentar las capacidades en los gobiernos regionales y locales, así como implementar mecanismos efectivos para la transferencia de recursos entre los gobiernos regionales.


ProChile se creó en 1974, bajo el nombre de Instituto de Promoción de Exportaciones, y tenía por objetivo promover las exportaciones de bienes y servicios, contribuir a estimular la inversión extranjera y el turismo en Chile. En esa epoca el 85% de las exportaciones era principalmente minerales de cobre y sus concentrados, en 2021 el cobre sigue liderando las exportaciones chilenas, representando el 56% del total exportado. Este mineral de cobre es la forma más primaria de exportar y, en 46 años, nuestra principal exportación es la misma.

Qué ocurre con la diversificación exportadora de Chile y, en ese sentido, de qué han servido los más de 30 tratados de libre comercio, con 65 economías, que representan el 88% del PIB mundial que ha negociado Chile. Entremedio, en el 2010, nos convertimos en un país OCDE.

Primero tenemos que reiterar el hecho de que Chile es una economía con un mercado acotado a 19,5 millones de habitantes. De este modo, para crecer, las empresas deben en algún momento buscar otros mercados fuera del país y por ello la política comercial de apertura internacional es esencial, pero entendiendo que esta apertura, en la medida que crecen las exportaciones de los productos tradicionales, va abriendo posibilidades para que otros sectores puedan también expandir su mercado más allá de las fronteras nacionales. Sin embargo, a pesar de que hoy exportamos más productos, las exportaciones chilenas siguen concentradas mayoritariamente en los recursos naturales, productos primarios y los basados ​​en recursos naturales, caracterizados por niveles relativamente bajos de sofisticación y escasos vínculos con el resto de la economía. ¿Qué es lo que nos tiene trabados, pese a todos los esfuerzos?

Lo primero es tener claro que lograr una diversificación exportadora exitosa en Chile no significa descartar la minería y las actividades tradicionales como la agricultura y la agroalimentación, ya que son las áreas donde nuestro país tiene ventajas competitivas. La pregunta es cómo agregar valor para, en vez de exportar mineral de cobre, exportar manufacturas de cobre, y de esta manera, ir generando las sinergias con otras industrias nacionales, poniendo foco en regiones y configurando una alta coordinación entre las entidades del Estado.

[cita tipo=»destaque»] Nos estamos convirtiendo en los proveedores de materias primas del resto del mundo, sin industrias en sectores relevantes como, por ejemplo, industria farmacéutica.[/cita]

Las oportunidades económicas se distribuyen de manera desigual en todo el país. Chile es el un país con alta desigualdad territorial. En efecto, la inversión extranjera directa se concentra en Santiago y las regiones mineras de Antofagasta y Atacama, mientras que la creación de nuevas empresas se concentra en Santiago. De este modo, la persistente especialización en actividades de bajo valor añadido y la alta concentración de oportunidades económicas en pocas actividades, empresas y regiones, obstaculiza el progreso futuro y limita la diversificación. La población, crecimiento del PIB y la productividad se concentran en la Región Metropolitana.

Chile está en el momento para avanzar hacia un enfoque basado en las regiones, las que deben fortalecer su agenda para identificar nuevas fuentes de crecimiento y hacerlos más inclusivos. En este proceso, también es importante identificar mecanismos para la cooperación interregional. Los gobiernos regionales en Chile sufren brechas de capacidad con respecto a la administración nacional, es importante complementar la agenda de descentralización con esfuerzos para aumentar las capacidades en los gobiernos regionales y locales, así como implementar mecanismos efectivos para la transferencia de recursos entre los gobiernos regionales.

Muy importante, en este sentido, es poder buscar y desarrollar mecanismos que nos permitan apuntar hacia la integración económica y comercial de la región de América del Sur. Nos estamos convirtiendo en los proveedores de materias primas del resto del mundo, sin industrias en sectores relevantes como, por ejemplo, industria farmacéutica.

Para avanzar en lo anterior, necesitamos un Estado en que los ministerios y agencias de gobierno trabajen coordinadamente, sobre la base de una estrategia conjunta de políticas de desarrollo industrial moderna, con base en el desarrollo tecnológico.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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