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Algunas características de las empresas del nuevo mundo Opinión

Algunas características de las empresas del nuevo mundo


Las empresas de todo el mundo están viviendo hoy una gran disyuntiva entre quedarse ancladas al pasado usando los mismos métodos de siempre, o incorporar dentro de sus principios y estrategias una realidad ineludible: el mundo cambió y solo aquellas que se adapten a esta nueva realidad son las que van a sobrevivir.

El gran problema de muchas empresas es que siguen en el ‘modo pasado’, con ausencia de una mirada colectiva, operan en un entorno donde solo importa generar rentabilidad y beneficios económicos, sin preocuparse de las personas que componen sus equipos ni de cómo construir una mejor sociedad. Mientras otras empresas que están en el ‘modo nuevo mundo’ internalizaron que, en el contexto actual, lo colectivo es mucho más importante que las prácticas individualistas.

¿Qué significa esto concretamente? ¿Qué características deberían tener las empresas del nuevo mundo? A través de la participación y la reconstrucción, deberían reunir los siguientes principios:

Primero, deben poner el foco en la causa y en las personas. Su base deben ser los seres humanos más que los números. Entender que, más allá de la productividad, son capaces de ayudar a resolver los dolores, injusticias, desigualdades del mundo a través de su quehacer diario.

Segundo, trabajan por empoderar a las personas. En este nuevo escenario, el liderazgo que realmente se valora es aquel que logra potenciar a otros, entrega herramientas y ayuda a desarrollar talentos. Son empresas que entregan poder, que creen en su gente, que crean líderes.

Tercero, son empresas cariñosas, preocupadas por las formas, los cuidados, los detalles. Idealmente este cariño hacia los equipos pudiera incluirse en el manifiesto de la empresa, que sea un factor que se mida, se incentive y no se pierda de vista.

Cuarto, son empresas de real diversidad. Lo diverso entrega una visión 360°. Mientras más parecidos somos, más igual pensamos y vemos relativamente lo mismo. En el pasado este modelo funcionaba, pero ya no. Para cooperar y colaborar, la diferencia es hoy el mejor atributo.

Y, quinto, estas empresas avanzan cada vez más hacia una cooperativa de comunidades como modelo de desarrollo, porque saben que trabajan con la gente y no para la gente. Co-crear, poner todos los talentos y visiones al servicio de la solución, es quizás una de las mejores maneras de generar compromiso, vincular, y así juntos empujar hacia una misma meta.

El trabajo pendiente para las compañías es replantearse su labor e implementar mejoras que vayan en beneficio de ellas mismas y la comunidad. Algunas lo harán de cero y otras ya tienen parte del camino avanzado. Pero como representantes del sector privado, generadoras de empleo para miles de personas en el país e importantes motores para la reactivación, el desarrollo económico y el avance tecnológico, ya no pueden seguir marginándose de esta reinvención.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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