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La erradicación de prácticas machistas en las universidades

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Por: Francisca Beroíza Valenzuela


Señor director:

Es innegable que el actual gobierno ha promovido políticas que promueven un contexto nacional que vela por los derechos de las mujeres y la superación de las brechas de género, sin embargo, aún hay muchos desafíos pendientes que responden a la necesidad de un cambio cultural que transforme las prácticas machistas. 

 En el caso particular de las instituciones universitarias queda mucho por avanzar en la transformación de comportamientos misóginos y machistas instalados en las comunidades educacionales, sea conductas, comentarios, lenguaje, formas de enseñanza y omisiones de todo tipo. Si bien, la Ley 21.369 que regula el acoso y la violencia de género en la Educación Superior otorga herramientas y orientaciones para velar por la protección del estudiantado ante nefastas situaciones, el cambio debe ser cultural y requiere de un esfuerzo mancomunado de todos los actores de las comunidades universitarias. En un informe del Observatorio contra el Acoso publicado en 2020, se señalaba que en el contexto educativo, el 41,4% de mujeres de entre 18 y 26 años habían sufrido alguna situación de acoso. Parece ser que hay normalizadas una serie de prácticas y discursos que violentan profundamente la integridad de las estudiantes.

Es deber de las instituciones proteger a las estudiantes. El proceso educativo debe ser ejercido sin ningún tipo de violencia. Por lo tanto, la meta es avanzar en la superación de una cultura machista al interior de ciertas instituciones de educación superior, que parecen tener naturalizadas prácticas que impiden el progreso hacia una sociedad justa, cooperativa, equita

Francisca Beroíza Valenzuela

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