Este Royalty Minero es una nueva forma de valorizar nuestros recursos naturales, de entender que el patrimonio natural debe ser entendido como fuente de riqueza, que sus réditos económicos deben ser distribuidos con mayor justicia social en los territorios.
En septiembre de 2018 se ingresa el proyecto de Royalty Minero a la Cámara de Diputados. Han pasado más de cuatro años y será ley. Como autor puedo dar cuenta de que este recorrido no ha sido fácil, no obstante, hoy vemos el fruto de una política que transforma a Chile. En este amplio recorrido fuimos paso a paso construyendo mayorías, con el cultivo de la paciencia que solo nos da el desierto. Florece de a poco esta ley, desde el norte, desde la montaña, la roca y el frío y vemos cómo el cobre, efectivamente, cambia mundos, transforma calidades de vida y de bienestar.
Con 101 votos a favor, 24 en contra y 3 abstenciones, el 17 de mayo se aprueba el proyecto y queda listo para convertirse en ley. “Artículo 1: Establécese un impuesto denominado Royalty Minero”.
Para mí este no es precisamente un impuesto, sino más bien una compensación por todas esas externalidades negativas que provocan en nuestros territorios la extracción del cobre. Esta es una retribución necesaria, que contribuye a la justicia social y a la equidad territorial, en la explotación de un recurso natural que les pertenece a todas y todos los chilenos y que muchas veces se ha denominado como el sueldo de nuestro país, uno de los pilares de la economía nacional.
Estamos hablando de una ley que beneficiará a más de 300 comunas del país. Estamos hablando de aportes anuales directos a los territorios por 450 millones de dólares. Esta es una victoria para aquellos que nos hemos visto desplazados, para nosotros los de la periferia, los que habitamos zonas de sacrificio, los de regiones. Hoy estos recursos van para nuestros territorios. Desde las comunas más pequeñas hasta las más populosas y urbanas, se van a ver impactadas positivamente por este Royalty Minero.
Este financiamiento apoyará a municipios, irá en directo apoyo de nuestra gente y sus necesidades mediante tres fondos: el Fondo Regional para la Productividad y el Desarrollo, el de Comunas Mineras y el de Apoyo para la Equidad Territorial. Legislar el Royalty Minero constituye un cambio en nuestra relación con la industria de los recursos naturales no renovables.
Que una moción parlamentaria se transforme en ley, nos enorgullece, y este es un hito que me llena de alegría y que hace que estos años cuatro años, que todos los acuerdos, que todo este trabajo duro, haya valido la pena. De esto se trata la política, de buscar soluciones para todas y todos nuestros habitantes, de trabajar por la disminución de las brechas de desigualdad, de trabajar para que mañana tengamos un Chile cada vez más justo.
Este Royalty Minero es una nueva forma de valorizar nuestros recursos naturales, de entender que el patrimonio natural debe ser entendido como fuente de riqueza, que sus réditos económicos deben ser distribuidos con mayor justicia social en los territorios. Esta ley llamada Royalty Minero ha sido una especie de primer impuesto propio de regiones, algo así como un llamado a fortalecer autonomías territoriales. Que sea en buena hora.