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Debate por el uniforme escolar: igualdad o diferenciación Opinión

Debate por el uniforme escolar: igualdad o diferenciación

Andrés Sanfuentes Vergara
Por : Andrés Sanfuentes Vergara Economista, académico. Presidente de BancoEstado entre el año 1990 y el año 2000.
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Quienes privilegian el desarrollo del espíritu competitivo prefieren la libertad para elegir la vestimenta de los jóvenes menores de 25 años, resaltando que de esta forma se fomenta entre ellos las personalidades emprendedoras, necesarias para el progreso del país. Las personas cercanas al empresariado tienden a ser partidarias de este argumento.  


En la actualidad la mayor parte de los escolares de las enseñanzas básica y media están obligados a mantener un uniforme durante su permanencia en el centro de educación. Esta práctica tiene un origen de varios decenios y es común en los planteles públicos y algunos privados con reconocimiento oficial del Estado. El Gobierno de Carlos Ibáñez del Campo estableció como obligatorio el uniforme. Posteriormente, Eduardo Frei Montalva en el marco de la Reforma Educacional lo mantuvo para públicos y privados

La normativa actual se basa en la ley N°20.529 de mayo de 2018, que rige el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad y en las circulares del Ministerio de Educación, que regulan en este aspecto a las entidades con reconocimiento oficial del Estado, especialmente resguardando la no discriminación. Para regular el uso obligatorio del uniforme cada establecimiento debe regirse por un reglamento interno que establece las normas para su implementación.

En los últimos tiempos se ha abierto un debate entre quienes son partidarios de mantener la obligatoriedad y otros que abogan por suprimir tal imposición en los planteles que lo aplican.

El origen del uniforme se basa fundamentalmente en que es una práctica que iguala las diferencias en el vestuario de los estudiantes y descarta el elemento de competitividad entre quienes se educan.

Chile es un país en que la desigualdad entre las diferentes clases sociales existe claramente, aunque se ha reducido en los últimos decenios. No solo existe entre los habitantes de Las Condes y La Pintana, sino también al interior de cada nivel social en cada comuna del país. Entre los vecinos, las miradas están en quien tiene el mejor auto, televisión o vestuario. El uniforme elimina algunas de las diferencias entre la juventud, en especial cuando se va ascendiendo entre 1° básico y 4°medio. En este caso, las disparidades de ingreso familiar al interior del segmento local pueden tener importancia y evitar algunas manifestaciones como el resentimiento social y la envidia.

En una realidad en que la inflación afecta especialmente a las familias más pobres, muchas veces sin empleo laboral, el vestuario puede constituir un ítem importante del gasto, especialmente si los jóvenes estudian en un sector donde no es obligatoria la uniformidad y está presente la competencia por quien se viste mejor y con mayor variedad. Además, reduce los conflictos internos al interior de las familias, en especial entre padres e hijos. 

La eliminación del uniforme tiene defensores con diferentes argumentos. En el campo de los especialistas en psicología de la educación se argumenta que la variedad permitiría un mejor desarrollo de la personalidad y autonomía. Estas condiciones serían resaltantes en aquellos que pueden acceder a un vestuario de mayor variedad y calidad.

Algunos segmentos que privilegian la libertad de elección en los derechos ciudadanos, consideran que el uniforme sería un elemento que limita su ejercicio. Estos partidarios se encuentran de preferencia entre aquellos que tienen a sus hijos en planteles privados, especialmente pagados.

Quienes privilegian el desarrollo del espíritu competitivo prefieren la libertad para elegir la vestimenta de los jóvenes menores de 25 años, resaltando que de esta forma se fomenta entre ellos las personalidades emprendedoras, necesarias para el progreso del país. Las personas cercanas al empresariado tienden a ser partidarias de este argumento.  

En la actualidad el debate ha tomado mayor presencia por los petitorios efectuados por algunos grupos estudiantiles, entre cuyas demandas han planteado la supresión del uniforme escolar, como aquellos alumnos que nuevamente han tomado las dependencias del Instituto Nacional, contribuyendo a su creciente deterioro, por lo cual dejó de ser la institución que formó a parte de las figuras más notables de la historia chilena.

Los colores de los overoles hizo que a los estudiantes chilenos se les llamara “pingüinos”, como se resaltó en la “revolución de los pingüinos” por las protestas iniciadas en 2006. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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