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Litio: ¿y si nos ponemos de acuerdo? Opinión

Litio: ¿y si nos ponemos de acuerdo?

Alejandro Reyes Vergara
Por : Alejandro Reyes Vergara Abogado y consultor
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Concordar una Política de Estado sobre el litio es importante y urgente. Con espíritu de colaboración, no debiera demorar más de un año.


Los asuntos importantes de largo plazo requieren Políticas de Estado que trasciendan los gobiernos. Para ello, en democracia, se necesitan acuerdos amplios que den estabilidad, legitimidad social, política y técnica a dicha Política, y reglas claras a los incumbentes. Fue uno de los factores de éxito de la Concertación.

También las Políticas Públicas necesitan ser oportunas, porque, por ejemplo, seguir discutiendo 16 años una reforma previsional o 22 años tratando de reducir las listas de espera, no soluciona problemas, sino que los agranda.

En 2006 comenzaron los gobiernos de cuatro años sin reelección. En esos períodos tan cortos es difícil consolidar Políticas de Estado. Entonces vamos al vaivén de las retroexcavadoras y las nuevas propuestas de cada Gobierno, lo que es costoso y poco eficaz para el desarrollo de un país.

Chile requiere ahora una Política de Estado sobre el Litio, que trascienda a los gobiernos. El año pasado el litio superó el 8 % de los ingresos por exportaciones de Chile. No va a superar al cobre, ni siquiera en el largo plazo. Pero será un aporte muy importante durante 20 a 40 años. Como todo proyecto minero, los de litio requieren mucha inversión, plazos largos y reglas claras.

¿Y la Estrategia Nacional del Litio propuesta por el Presidente Boric en abril de 2023 no es una Política de Estado? Pretendió serlo, pero no tuvo un debate público previo, abierto y sustantivo. Reinó el secretismo. Opiniones posteriores revelan que la propuesta no generó consensos amplios, y no se aprecian avances de ejecución, que son urgentes. Pienso que no será una política sostenible en el tiempo. Sumando y restando, la Estrategia Nacional del Litio no se instaló como una Política de Estado.

Queda un poco más de dos años para que llegue otro Gobierno de signo contrario que, como siempre, pasará la retroexcavadora y empezará desde cero. ¿Y volveremos a perder cuatro años más? Tampoco podemos perder los dos años y medio que le quedan a este. Creo inapropiado que este Gobierno o el siguiente traten de llevarse la pelota para la casa, decidiendo solos, en forma reservada, “avanzando sin transar” en algo tan importante para nuestro futuro común. Desde luego la falta de acuerdos y trabajo colaborativo es el camino al hundimiento de sus propias propuestas.

¿Por qué no nos ponemos de acuerdo ahora? ¿Por qué no iniciar ahora un proceso activo, rápido y colaborativo, para concordar ajustes para una Política de Estado del Litio? En paralelo avancemos ejecutando todo aquello en que ya estemos de acuerdo o que no sea irreversible.

El Presidente Boric quiso asimilar su Estrategia Nacional del Litio a la Nacionalización del Cobre de 1971, quizás para darle más importancia simbólica y un aire de consenso a su propuesta. Sin embargo, la Nacionalización del Cobre debió pasar por el debate en el Congreso Nacional, en un período de alta conflictividad política y social, recién elegido el Presidente Allende, ¡y se aprobó por unanimidad en el Congreso, en solo 6 meses! Es absolutamente incomparable a lo sucedido con la Estrategia Nacional del Litio.

En el litio aún no nos hemos puesto de acuerdo en asuntos básicos. ¿Cuáles son nuestros objetivos principales? ¿Será el control directo del Estado de la propiedad de las sociedades y producción de litio? ¿O será maximizar las rentas para el Estado derivadas de su explotación, cualquiera sea el modelo de negocios aplicado? Y si fuera esto último, ¿cuáles son los mecanismos más convenientes y seguros para maximizar las rentas? ¿Y cómo aumentamos rápidamente la producción? ¿Las asignaciones de cuotas de litio a extraer y los plazos de los contratos con privados en el salar de Atacama se harán “a dedo”, en negociaciones directas y confidenciales? ¿O las vamos a licitar públicamente, de manera transparente y competitiva?

Concordar una Política de Estado sobre el litio es importante y urgente. Con espíritu de colaboración, no debiera demorar más de un año. Hay mucho trabajo avanzado. Lo mejor de todo es que no consiste en solucionar una adversidad, sino en ponerse de acuerdo en cómo administrar mejor un regalo y oportunidad especial que Chile ha recibido.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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