Señor director:
La modalidad de teletrabajo, a la cual muchas organizaciones y empresas se han visto impulsadas abruptamente durante este año por la pandemia que aún nos afecta, ha llevado a que algunas compañías opten por eliminar, modificar o cuestionarse las habituales formas medir el desempeño y contribuciones de sus colaboradores y las compensaciones asociadas, adaptándolas a este nuevo escenario.
En este particular año que culminamos, se debe tener presente que los procesos de evaluación y compensación existentes fueron creados para otra realidad laboral, pues hoy no sólo el lugar de trabajo cambió, sino también la forma de hacerlo, involucrando mucha más tecnología, nuevas capacidades y procesos, y la adopción de nuevas códigos de comunicación para operar en teletrabajo, factores que debiesen ser recogidos en el diseño de un sistema integral de evaluación del desempeño, para mantener la moral y la motivación de personas y equipos.
Atendiendo al actual contexto, las organizaciones y empresas debiesen privilegiar los objetivos de desarrollo de sus colaboradores en las evaluaciones del desempeño, y que den cuenta de la necesidad de retroalimentar, reconocer el esfuerzo de los empleados, y alinearlos a incentivos económicos por los resultados y disposición demostrada durante todo este período. En este contexto los sistemas de medición orientados a medir comportamientos y predisposiciones del colaborador, parecieran ser que son los que más se avienen con esta nueva realidad.
Por eso, las organizaciones y empresas deben repensar cómo están evaluando y compensando a sus equipos y colaboradores, ayudándoles a mejorar, creando evaluaciones e incentivos que contribuyan a atraer y retener a talentos, siempre escasos y construir con ellos, ventajas competitivas que le otorguen la necesaria sostenibilidad futura.
Miguel Toledo Alarcón
Facultad de Economía y Empresa
Universidad Diego Portales