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Balas que asesinan nuestro futuro

Por: Carola Naranjo


Señor director:

Por años quienes vivimos en el distrito 12, es decir, el sector sur de la región metropolitana, hemos debido vivir sintiendo el estruendo de balas reventando en nuestros patios, techos e incluso entrando a nuestras casas, muchas veces sin ningún responsable.

Las ultimas balaceras registradas en el centro de Puente Alto y en la comuna vecina, San Bernardo, afectaron nada menos que a menores de edad y eso debería remover a la sociedad entera, debido a que son niños lo que están siendo heridos y asesinados en un ajuste de cuentas y finalmente, vemos como esas llamadas «balas locas» asesinan nada más y nada menos que aquellos que deben ser nuestro futuro.

¿Cuál es el mayor problema? Nos estamos acostumbrado a que luego de eso no pase nada. No podemos normalizar este tipo de hechos, porque aquí se están vulnerando el derecho a vivir en paz y a crecer en un ambiente seguro de los menores de edad y sus familias que quedan destruidas.

El gobierno no debe, ni puede abandonar a los niños, menos a manos de quienes hacen del fuego su estilo de vida. Y estos son, especialmente los que viven en sectores más vulnerables y que hoy son víctimas de la delincuencia, la droga y más grave aún los narcotraficantes.

Cuántos niños más tienen que morir para que el Estado y los organismos responsables de velar por su seguridad reaccionen? Yo me rebelo frente a la indolencia del las actuales autoridades y exijo que el ministro del Interior se ponga a trabajar y, al menos, pida perdón a esos padres que hoy sufren las heridas y muertes de sus hijos.

Y que tomen medidas radicales parar terminar con estas balas que matan nuestro futuro.

Carola Naranjo, antropóloga

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