Educar para una paz duradera
Señor Director:
Hoy 24 de enero la UNESCO celebra el Día Internacional de la Educación, con el lema “Aprender para una paz duradera”. En medio de tantos conflictos bélicos y discursos de odio ¿cómo educaremos a las futuras generaciones para desnaturalizar la violencia y crear una cultura de paz?
La base de la educación para la paz es enseñar a dialogar. Parece innato, pero no lo es. Dialogar no se reduce a hablar. Dialogar consiste en escuchar profundamente para comprender que, tras cada diferencia que tenemos, existe una historia de vida, porque en el encuentro de nuestras vivencias somos capaces de empatizar y humanizarnos. Cuando enseñamos a dialogar aprendemos a transformar los conflictos en oportunidades de encuentro: es una forma de resolverlos de manera pacífica. No se trata de aceptar injusticias ni de justificar lo injustificable. El diálogo puede ser incómodo muchas veces y aunque no termine en acuerdos, es un paso necesario para descubrir nuevos caminos en conjunto. Cuando el diálogo fracasa, entonces se requiere de la mediación o el arbitraje, pero educar para una paz duradera implica desarrollar habilidades para que el diálogo sea lo más efectivo posible.
En el contexto institucional, educar para la paz implica romper la verticalidad de las escuelas, democratizar los espacios y hacer que todos los actores dialoguen para construirla en conjunto; porque la esencia de la escuela no es la estructura física, sino la interacción de las personas que aprenden las unas de las otras.
Enseñemos a dialogar. El diálogo es una semilla que crece lentamente. Pero cuando crezca, será capaz de detener cualquier misil que atente contra la vida de cualquier ser humano.
Patricio Abarca Castro
Académico Facultad de Educación UC