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La espera de María

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Por: Magdalena Simonetti, Fernando Alvear y Camilo Herrera


Señor director:

Los días y los meses pasan para una recién nacida, a quien llamaremos María, quien continúa creciendo en la sala de un hospital. María no está enferma. Lo que tiene, es que goza de la protección del Estado, a través del servicio Mejor Niñez, como manda la ley cuando un tribunal ha dictaminado que una lactante se mantenga alejada de sus padres. Y María no tiene otros familiares para asumir su custodia. 

Tampoco hay familias de acogida –como manda la ley para brindar los mejores cuidados a María- ya que no se han realizado a tiempo las licitaciones de los organismos que asesoran y acompañan a estas solidarias personas.

María entonces podría haber ido a una residencia especializada en el cuidado de recién nacidos, en ese periodo tan importante de la existencia que determinará mucho de su futuro. Pero tampoco hay residencias suficientes: algunas han tenido que cerrar, otras siguen esperando una licitación.

Así que María va creciendo rodeada de voluntarios, médicos, enfermeros, técnicos. Todos esperan que un día el Estado cumpla su promesa y su deber ético y legal: proveer todas las condiciones para que María sienta apego, calor, atención permanente, seguridad inquebrantable y cariño incondicional. 

¿Cuántas Marías esperan en hospitales de Chile a que su país cumpla el trato? Adherimos a la alerta que días atrás levantaban, en esta sección, distintas organizaciones.

Magdalena Simonetti, Proyecto Juntos x la Infancia, Comunidad Organizaciones Solidarias
Fernando Alvear, Confederación de la Producción y del Comercio
Camilo Herrera, Corporación 3xi

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