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¿El problema es aplazar o no el incremento de exigencias para estudiar pedagogía?

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Por:  Andrea Ruffinelli


Señor director: 

La ley de desarrollo profesional docente fue aprobada en el año 2016 considerando un incremento progresivo de las exigencias para iniciar estudios de pedagogía. Las universidades solicitan al MINEDUC aplazar el alza de estos requisitos, esgrimiendo la falta de profesores anunciada por Eligeeducar y AcciónEducar. No se mencionan otros argumentos, como que las universidades se sustentan en el pago de los aranceles por parte de sus estudiantes, ya sea directo, vía créditos con aval estatal o gratuidad, en que el Estado cubre solo una parte del arancel real. Sin estudiantes no hay facultades de educación. Tampoco se menciona que las mismas facultades enfrentan una dificultad muy significativa para alcanzar los objetivos propuestos aun con los estudiantes actuales, quienes alcanzaron resultados en la media de la prueba de selección, muy por sobre la realidad que por varias décadas mantuvo totalmente desregulado este acceso y la calidad de la formación. El problema parece ser focalizado en los requisitos de ingreso a las carreras de pedagogía, en la necesidad de no innovar en ellos, omitiendo la complejidad de la formación docente, que como casi todo fenómeno social, requiere una aproximación multifactorial, es decir, que amplíe y complejice la mirada más allá de los requisitos de acceso, comprendiendo el marco que impone un sistema escolar que no logra los resultados necesarios para permitir que los estudiantes de pedagogía obtengan el provecho que se requiere del proceso formativo, y entendiendo que se requiere disponibilizar apoyos directos efectivos a las facultades de educación (hoy virtualmente inexistentes) para formar profesores idóneos, pues las facultades y sus docentes se encuentran desbordadas, profunda y progresivamente cada vez más exigidas y precarizadas, en un escenario heterogéneo, sobre dicha base de precariedad. Sin duda incrementar los requisitos de ingreso a carreras de pedagogía en el corto plazo solo contribuiría a disminuir las postulaciones y elitizarlas, especialmente en regiones y determinadas disciplinas, pero parece preciso visibilizar que no es la única arista del problema, razón por la que no solo no se soluciona poniendo el foco únicamente en aplazar dicho incremento, sino que requiere un avance orgánico que considere con seriedad y urgencia las diversas variables que confluyen en la formación de los docentes que Chile demanda.

Andrea Ruffinelli
Doctora en Ciencias de la Educación

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