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De bosques y terminales

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Por: Gabriel Orrego


Señor director:

Ante la polémica suscitada por la solicitud del SEA para implementar un bosque Miyawaki en un terminal de RED en San Bernardo vemos la oportunidad de aclarar ciertos términos y abrir una conversación más grande que este caso en particular.

Primero vale la pena aclarar que los Bosques Miyawaki no son “jardines japoneses”, más allá de la nacionalidad de su creador de nombre Akira, sino que se desarrollan mediante una técnica adaptativa y compleja, que considera sólo especies nativas, pudiendo acomodarse a casi cualquier tipo de bioregión. En el caso de la zona central de Chile, son justamente especies de bajo consumo hídrico por naturaleza y, si bien requieren riego en un comienzo, es sólo el 25% del consumo anual que tendría el pasto el primer año y va decreciendo año a año, por lo que sí que ofrece una eficiencia hídrica relevante.

Ante la supuesta desmesura del servicio y los problemas alusivos a la permisologia, sólo vemos una reacción destemplada, puesto la implementación de este tipo de infraestructura verde requiere una inversión menor en relación a la infraestructura total y es de rápido diseño e implementación.

Además, en tono burlesco se habla como si fuese un parque público en un sitio inadecuado pero, si bien es un área verde, no es para uso público pues tiene como único fin y beneficio entregar servicios ecosistémicos, como son la reducción de temperatura, captura de material particular, gases y ruidos, entre otros. Además, en este caso por su cercanía el río Maipo podría jugar un rol ecosistémico relevante.

Vemos en este caso la oportunidad de discutir sobre la incorporación de infraestructura verde acompañando a la infraestructura gris en las obras públicas, en línea con el desafío de reverdecer nuestras ciudades ante el desafío climático. Son soluciones que suben los costos de una obra de manera marginal y con una cadena virtuosa de beneficios que además avanzan en compromisos del Estado en relación a los ODS y la Ley de Cambio Climático.

Gabriel Orrego
Symbiótica

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