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Autorregulación: una urgencia frente a la violencia escolar

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Por: Pamela Soto


Señor director: 

La autorregulación, entendida como la capacidad para manejar emociones, comportamientos y pensamientos con el fin de alcanzar metas personales o responder a las demandas del entorno, es una habilidad clave en el desarrollo infantil, especialmente durante los primeros años de vida. En la última década, ha aumentado el interés por comprender cómo adquiere forma y cuáles son los factores que la favorecen o dificultan. Sus beneficios son múltiples, pero no surge de forma automática: requiere contención emocional, adultos que modelen conductas y espacios cotidianos de práctica.

Esta capacidad no solo permite manejar emociones y resolver conflictos pacíficamente, sino que también se ha asociado con un menor involucramiento en conductas de riesgo en la adolescencia, como el consumo de sustancias o el embarazo temprano. Es, en ese sentido, una herramienta protectora.

Pese a ello, en Chile estamos viendo cómo esa protección parece debilitarse frente al avance de la violencia escolar. La balacera ocurrida en mayo en un colegio de San Pedro de la Paz, que dejó tres estudiantes heridos, marcó un punto de inflexión. “Hay una línea roja que se cruzó”, afirmó en ese entonces el ministro de Educación. Y con razón: la escuela refleja una sociedad que ha perdido referentes de autocontrol y resolución pacífica.

Fortalecer la autorregulación desde la infancia es clave para revertir esta tendencia. Más allá de castigar o implementar medidas como instalar detectores de metales en colegios, necesitamos enfrentar las causas profundas de la violencia. La seguridad no se logra solo con dispositivos, sino cultivando habilidades para el autocontrol, la empatía y la resolución pacífica de conflictos. 

El 5 de agosto, en un nuevo Diálogo para la Justicia Educacional, ahondaremos en los principales desafíos prácticos que conlleva el desarrollo de la autorregulación en los diversos contextos en que se desenvuelven los niños y niñas. Apostar por el desarrollo de la autoregulación desde la primera infancia es invertir en escuelas más seguras, comunidades más sanas y futuros más esperanzadores.

Pamela Soto,

investigadora del Centro de Justicia Educacional UC

 

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