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Adiós a la UF Opinión

Adiós a la UF

François Meunier
Por : François Meunier Economista, Profesor de finanzas (ENSAE – Paris)
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Podemos decir de las medidas de política económica lo que dijo Napoleón de Davout, el vencedor de Auerstaedt, cuando lo nombró general: «Lo elijo porque tiene suerte». La UF (Unidad de Fomento) es una medida que ha tenido suerte, ya que no ha dañado al país, aunque tiene muchas falencias. Ha llegado la hora de eliminarla.


Se dice que la creación de la UF se remonta a la dictadura militar. En realidad, viene de la Presidencia de Frei Montalva. La idea, en un momento de inflación galopante, era preservar el ahorro. Se creó una nueva referencia monetaria, sin curso legal, cuya tasa de conversión con el peso dependía de la inflación. Por ejemplo, si la variación del índice de precios era un 2% durante el mes, el valor de la UF en pesos se debía apreciar en un 2%, protegiendo así al ahorrante que recibía en la práctica tanto la tasa de interés como la tasa de inflación.

La dictadura militar amplió el sistema: no solo al ahorro, sino también al crédito, las transacciones de bienes raíces, los pagos a las AFP, Isapres y Fonasa, así como a ciertos contratos de trabajo. En resumen, gran parte de la economía se volvió inmune a la inflación.

¿Por qué fue esta una mala medida? Si la UF protege, su problema es que protege demasiado. Ya que una gran parte de los actores económicos se volvió insensible a la inflación, no debían esforzarse por reducirla. Se crea un círculo de indexación que incluye a los precios, los salarios, las ganancias del ahorro, así como los bienes raíces, lo que hace que la inflación sea mucho más resistente. En caso de un alza severa de precios, se vuelve muy difícil para el Banco Central controlarla. Además, el sistema tiene un costo administrativo, ya que cada vez es necesario ajustar los pagos de acuerdo con el valor de la UF. Finalmente, el carácter dual de la tasa de interés, tanto real como nominal, la empuja probablemente hacia arriba, lo que afecta la economía.

¿Por qué la medida fue afortunada y no dañó el país? Simplemente porque Chile es una economía muy abierta al resto del mundo (el comercio exterior ha representado alrededor del 30% del PIB durante 30 años) y, en el mismo período, el mundo ha visto una reducción constante de la inflación. La desaceleración en los precios importados repercute –esa es la suerte– en los precios internos. Es significativo que, debido a la inercia del sistema, el nivel de inflación en Chile siempre ha estado rezagado con respecto a la inflación mundial.

¿Por qué cambiar? Hoy la inflación mundial y las tasas de interés han alcanzado niveles muy bajos. Pero las últimas cifras, particularmente en los Estados Unidos, amenazan con un repunte. La suerte puede convertirse en mala fortuna, ya que una inflación en aumento sería muy difícil de manejar para el Banco Central.

¿Por qué preocuparse, si la UF nos protege contra la inflación? Lamentablemente no es así, dado que la UF no se aplica a todos (algunos salarios no están indexados, por ejemplo). Una inflación alta causaría injustificadas transferencias dentro de la economía y debilitaría el tipo de cambio.

El peso es una moneda sólida y las autoridades monetarias han sido responsables. Ya no es necesario cargar con esta unidad de cuenta. La UF tuvo su tiempo y hoy es un riesgo para el país. ¡Ah! Podemos también aprovechar la eliminación de la UF para hacer otra reforma monetaria. Creemos un «nuevo peso», un peso pesado, que valga 1.000 pesos actuales y que refleje al nivel internacional la solidez de nuestra economía. Sin necesitar más la muleta de la UF.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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