Opinión
La captura de los medios por parte de la izquierda es un fenómeno cada vez más creciente, y que desde la sociedad civil tenemos que enfrentar. Yo no puedo obligar a TVN a ponerme de panelista – lo haría gratis y les aseguro un buen rating–, pero sí podemos exigirles que nos responda una pregunta esencial: ¿cuánto gana Beatriz Sánchez?
En una respuesta insólita frente al comentario de un tuitero que especuló con el sueldo de Beatriz Sánchez, el programa Estado Nacional contestó oficialmente que la cifra no era exacta y que Sánchez ganaba muchísimo menos por su participación dominical. Además, aludía a una cláusula de confidencialidad que impedía conocer esa cifra y que el editor del programa negó que la habría dado a conocer.
Insólito, por decirlo menos, porque es la confirmación de que a Beatriz Sánchez se le paga, todos los domingos, por concurrir a un programa político y opinar, de política. Peor aún, que lo hace el canal estatal, un canal que está sumido en una grave crisis financiera y del cual hemos conocido graves revelaciones sobre los sueldos de sus ejecutivos, así como pactos de indemnización que aparentemente estaban en desconocimiento del directorio.
Beatriz Sánchez es periodista y en su rol tiene todo el derecho del mundo a ser remunerada por su trabajo. Pero cuando decidió optar por una carrera política, Beatriz Sánchez también decidió convertirse en un actor político y asumir la carga que ello representa. El programa Estado Nacional no la invita en su rol de periodista, sino en su calidad de política, como representante de un sector que tiene opinión y posición en distintas materias.
[cita tipo=»destaque»]Algunos podrían decir que Beatriz Sánchez abandonó la política y que volvió al periodismo. Pero eso no es verdad. Beatriz Sánchez sigue recorriendo el país como vocera del Frente Amplio, sigue tomando posición en materias políticas o liderando campañas a favor del aborto, y, como ella misma ha anunciado, seguirá en este rol y en la necesidad de ser más activa en la discusión pública.[/cita]
Algunos podrían decir que Beatriz Sánchez abandonó la política y que volvió al periodismo. Pero eso no es verdad. Beatriz Sánchez sigue recorriendo el país como vocera del Frente Amplio, sigue tomando posición en materias políticas o liderando campañas a favor del aborto, y, como ella misma ha anunciado, seguirá en este rol y en la necesidad de ser más activa en la discusión pública.
¿Por qué el Estado debe financiar esa actividad? ¿Por qué TVN oculta estas cifras y no revela cuánto ganan los rostros y los políticos a los que financia?
Otros dirán que TVN es una empresa privada y que esto se financia con publicidad: no es así. Solo recién en enero, el Congreso aprobó 65 millones de dólares para salvar TVN, y sus directores son nombrados por el Presidente. Por eso hoy tenemos en el directorio a personas como Antonio Leal o Máximo Pacheco, que de televisión saben muy poco, pero de política, mucho. Curiosamente, este último, también anunció su campaña presidencial y, al igual que Beatriz Sánchez, todos contribuimos a su financiamiento.
La crisis que vive TVN es la oportunidad perfecta para levantar todos estos temas y abrir TVN de par en par. ¿Cuánto ganan los rostros? ¿Cuánto ganan los opinólogos políticos? ¿Cómo se toman las decisiones sobre qué panelista tener o qué invitado convocar?
La captura de los medios por parte de la izquierda es un fenómeno cada vez más creciente y que desde la sociedad civil tenemos que enfrentar. Yo no puedo obligar a TVN a ponerme de panelista – lo haría gratis y les aseguro un buen rating–, pero sí podemos exigirles que nos responda una pregunta esencial: ¿cuánto gana Beatriz Sánchez?
