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¿Será correcto que el voto de cada individuo tenga el mismo valor? Opinión Crédito: foto firma por la paz y la nueva Constitución. Agencia Uno

¿Será correcto que el voto de cada individuo tenga el mismo valor?


Conforme el itinerario convocado por la mayoría de los partidos políticos, corresponderá en algún momento elegir a nuestros constituyentes. En esta línea, ¿será correcto alegar que la representación en esta instancia sea directamente proporcional conforme a la preferencia de los votantes, o esta matemática debe ser alterada por otros vectores que le interesaría a la sociedad resguardar por medio de la discriminación positiva?

Me saltan a la cara conceptos como diversidad e inclusión; y también me saltan a la cara otros como democracia y deterioro de la representación y página en blanco. También me saltan a la cara conceptos como control de los representados y manipulación del electorado como pudimos ver con el caso de Cambridge Analítica.

En principio pugna contra el concepto de justicia que “…algunos sean más iguales que otros…”, es decir, cualquier forma de discriminación, que altere la igual representación de los votantes en principio no me gusta, sin embargo no estoy ciego a que la democracia representativa requiere opciones y determinaciones que comienzan a romper con la idílica igualdad que nos gustaría.
Ahora, a propósito de las discriminaciones positivas que podrían existir, la más simple es privilegiar, o no, a las concentraciones urbanas, es decir que, dependiendo del territorio, por esa sola condición, haya un número de representantes, a pesar de contar con una población más baja. Asignar un número de representantes para lugares extremos o para ciudadanos residentes en el extranjero.

Otra discriminación positiva tiene que ver con las naciones que conforman un país. Chile es un país de inmigrantes, los primeros pueblos inmigrantes y que hoy tienen una identidad viva, provienen del sur de Argentina.

Los palestinos, los chinos y los españoles o europeos, en general son otras naciones a las que hoy se suman haitianos y venezolanos y que tienen una identidad viva y que también pueden apelar a un reconocimiento que se traduce en cupos en la Constituyente.
No hablemos de las comunidades religiosas, pero algunos países como Túnez, son estas asociaciones las que exigen representación, por sobre otro tipo de distinciones.

Quiero recordar, a escala micro que la discriminación positiva que se acordó para la última elección de consejeros del Colegio de Abogados hizo que entraran finalmente al Consejo abogados hombres en cupo discriminado. ¿Habrá servido la reforma electoral en este gremio para que se modificara la mentalidad de los electores y se votara femenino, o no era necesaria? La pregunta queda abierta.

Yo pienso que la pregunta fundamental a propósito de la elección de constituyentes es si queremos, desde un inicio que existan discriminaciones positivas privilegiando a unos en perjuicio de otros o si estamos pensando hacer todo de nuevo, desde una página en blanco, como se ha convenido y en consecuencia no cabrían, por lo menos en un principio y antes que Chile defina su propio perfil algo distinto que un hombre, un voto, sin ningún tipo de pliegues o discriminaciones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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