Opinión
Hace algunas semanas hemos presenciado algunos acontecimientos que confirman las graves consecuencias del excesivo centralismo imperante en nuestro país. Por un lado, el Presidente de la República Sebastián Piñera anunciaba por cadena nacional la compra y distribución de 2,5 millones de caja de alimentos destinadas a las localidades más vulnerables de nuestro país; pero, por otro, se informaba que en la Región de Valparaíso, para la ejecución de dicha medida, se utilizarían los recursos del 6% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional.
Durante el año 2019, fueron adjudicadas a distintas organizaciones sociales y comunitarias los recursos correspondientes al 6% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), destinado a las áreas de cultura, deportes y seguridad pública. Inicialmente los recursos adjudicados quedaron comprometidos para ser transferidos durante el mes de noviembre del 2019; sin embargo, y luego de continuas dilaciones, en el mes de marzo del presente año, fue enviada una carta a las organizaciones adjudicantes informando de una prórroga de 90 días para analizar y dar una respuesta sobre la posible entrega de dichos fondos. La justificación a dichas dilaciones se centraba en el momento social que estaba viviendo el país y la pandemia por el coronavirus.
En este contexto, tremenda fue la sorpresa cuando el intendente Jorge Martínez anunció que, para la compra y distribución de las cajas de alimentos en la Región de Valparaíso, se emplearían 4 mil millones de pesos con cargo al 6% del FNDR.
Si bien concordamos en la necesidad de priorizar los recursos públicos para asegurar la alimentación de los sectores vulnerables de la ciudadanía, no coincidimos en que el recorte presupuestario se haya efectuado al presupuesto del Gobierno Regional de Valparaíso, ni mucho menos a los recursos del 6% del FNDR. Esta situación resulta especialmente preocupante, toda vez que hemos visto cómo el Gobierno Central traspasó a la Intendencia Metropolitana 8 mil millones de pesos para cubrir las mismas necesidades alimentarias.
Nos parece de suma gravedad que se postergue nuevamente a las regiones, más aun tomando en cuenta que los recursos utilizados corresponden a número importante de organizaciones sociales y comunitarias de la Región de Valparaíso, las que con profesionalismo y dedicación realizan numerosas iniciativas relacionadas con la cultura, el deporte y la educación.
Estos hechos nos demuestran, una vez más, la importancia de un Estado descentralizado, con una legislación que impida que estas situaciones vuelvan a repetirse; y junto a ello, con una política que diseñe Gobiernos Regionales robustos, con nuevas competencias y más recursos. Solo así podremos enfrentar de forma correcta emergencias sanitarias y sociales, como las que hoy vivimos y que tanto afectan a la ciudadanía.
