Opinión
La Unidad Constituyente carece aún de definición para determinar quién será su candidata o candidato a la primera vuelta presidencial. La DC hasta ahora se ha omitido oficialmente de presentar a Yasna Provoste, y ésta, favorita en las preferencias ciudadanas, aún no se pronuncia públicamente. Pero las señales son claras en el sentido que asumirá la opción presidencial el próximo 23 de julio, quedando así pendiente solo su proclamación por la Junta Nacional de la DC.
La precandidata del Partido Socialista, Paula Narváez, ha invitado a dirimir la nominación de Unidad Constituyente por la vía de una consulta electoral democrática, y Carlos Maldonado, propuesto a primarias por el Partido Radical, insiste que sólo unas primarias convencionales (convocadas y organizadas por los propios partidos) debe definir la decisión. Si ello no ocurre, sostiene, se verá obligado a persistir en su postulación hasta noviembre de 2021.
Creo que es el momento de ser realistas y veraces. A sólo cuatro meses de la elección presidencial, sin franja electoral ni propaganda legal, sin recursos económicos públicos ni propios, sin control del Servel, ello no es razonable. Más aún luego de las primarias legales del 18 de julio que convocaron a más de 3.000.000 de electores, tal consulta electoral ciudadana que no hará sentido a la gente, y tiene amplias posibilidades de resultar fallida en materia de votantes. Así, serán remotas las posibilidades de cualquier(a) postulante para pasar a la segunda vuelta y competir con posibilidades de triunfo. La voluntad todo lo puede, pero dentro de los márgenes de la realidad.
La salida más sensata y representativa es una Convención Ciudadana, con sede en cada una de las cabeceras de regiones, integrada por delegados electoralmente representativos -concejales, alcaldes y gobernadores de la Unidad Constituyente, incluyendo a los independientes electos dentro de ella-, sumando además a representantes de la sociedad civil organizada.
Esta Convención reuniría más de 1.000 delegados y delegadas, podría ser convocada por 10 Gobernadores Regionales, 8 militantes de la Unidad Constituyente y dos independientes que fueron electos dentro del pacto, y otros que quieran sumarse.
Sin duda esta fórmula debe contar con el apoyo franco de los partidos de Unidad Constituyente, los que necesariamente deben autoimponerse respetar las decisiones que la mayoría de la Convención adopte respecto a la nominación de la candidatura. De ello derivará luego la designación del comando electoral, los ejes programáticos fundamentales cuya base tiene ya amplio acuerdo al interior de la alianza, y todas las demás materias que se estime conveniente.
Chile imperativamente necesita que la centroizquierda presente su oferta de gobernabilidad democrática, transformadora y responsable, que lleve al país a un proceso de equidad, dignidad, crecimiento y desarrollo, individual y social, en condiciones de estabilidad, paz y esperanza para todos.
Por ello, lo fundamental hoy es la conciencia de que el tiempo y la atmósfera política que experimenta el país, nos obliga a tomar decisiones de democracia representativa efectiva, con la velocidad y transparencia que el país requiere y reclama. Eso es la Convención Ciudadana que se propone.
