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La nueva Constitución y la estrella de Chile Opinión

La nueva Constitución y la estrella de Chile

Enrique Matus Ardiles
Por : Enrique Matus Ardiles Ingeniero Civil Universidad de Chile
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En el actual contexto de proceso de una Nueva Constitución para Chile, que incluye un nuevo trato para con los pueblos originarios de esta “larga y angosta faja de tierra”, nuestra propuesta es…

¡¡Devolvámosle a chile el wüṉyelfe en la bandera de bernardo O’higgins!!

Para sustentar esta propuesta, que no es cambiar la bandera ni mucho menos, sino devolverla en alguna medida a su concepción original, diremos que gracias principalmente a la acuciosa investigación del pensador, filósofo y profesor de la Universidad Católica Gastón Soublette y a su precioso libro “La Estrella de Chile”, sabemos que la actual bandera chilena fue diseñada por el propio libertador Bernardo O’Higgins Riquelme (1778-1842) y el militar Ignacio Zenteno, en febrero de 1817 y que fue izada por primera vez en el acto de “Proclamación y Jura de la Independencia de Chile” del 12 de febrero de 1818.

Sabemos también que el diseño original de la bandera chile, si bien era a primera vista casi idéntica a la actual, incluía algunos símbolos mapuches y masónicos que representaban valores patrios y espirituales de gran importancia para O’Higgins, sobre los cuales el padre de la patria quiso fundar la república naciente. Lamentablemente, en años posteriores, por razones que desconocemos con profundidad, la bandera de O’Higgins fue despojada de varios de esos símbolos en el diseño actual.

Los símbolos mapuches de la bandera de O’Higgins estaban representados primeramente en los colores blanco, azul y rojo (que se mantienen en la actual) los cuales se remontan a las bandas tricolores utilizadas por los toquis mapuches durante la Guerra de Arauco contra la Conquista española. En el Canto XXI del poema épico La Araucana (1569), Alonso de Ercilla describió a un guerrero llamado Talcahuano, habitante de las tierras cercanas a la actual ciudad que lleva su nombre, quien era seguido por tropas que portaban emblemas azules, blancos y rojos.

Pasó tras éste luego Talcahuano, […]
cubierto de altas plumas, muy lozano,
siguiéndole su gente de pelea,
por los pechos al sesgo atravesadas
bandas azules, blancas y encarnadas
.

Pero un símbolo aún más importante que relacionaba a la patria naciente con la nación mapuche en la bandera chilena, era un asterisco de ocho puntas en el centro de la estrella blanca de cinco puntas. Se trataba de El Wüṉyelfe (en mapudungún) que representa al planeta Venus, conocido como lucero del alba o del atardecer según la época del año, y aparece dibujado en algunos cultrunes.

¿Pero cómo era exactamente la bandera chilena en el diseño original de Bernardo O’Higgins?

Tenemos en suerte que la bandera de O’Higgins izada en la ceremonia de la “Jura de la Independencia de Chile” del 12 de febrero de 1818 ha llegado hasta nuestros días, encontrándose actualmente visible para todo público en el Museo Histórico Nacional.

Según cuenta el profesor Soublette respecto a la bandera y su estrella, “muchas personas cuando la veían por primera vez, le preguntaban a O’Higgins qué representaba y él dijo es la estrella de Arauco. Entonces como la gente en Chile es muy superficial, les bastó con esa respuesta, porque alguien podría haberle preguntado qué es la estrella de Arauco y ahí habría aparecido el Wuñyelfe, o estrella de ocho puntas”.

El académico sostiene que de esta forma O’Higgins quiso vincular la nación con la sangre indígena, “como diciendo que la sabiduría tiene una raíz en el pueblo mapuche”.

Respecto al simbolismo de la estrella en la bandera, se entiende que una estrella brilla, entrega luz e ilumina, de modo que el simbolismo y significado masónico espiritual de una estrella en la bandera de O’Higgins para Chile, creemos que apunta mucho más allá de simplemente la representación de los poderes del Estado, como se explica oficialmente.

Recordemos que O’Higgins nació en Chillán en 1778 y que estudió como interno del Colegio de Naturales de la misma ciudad, donde estudiaban también los hijos de los caciques mapuches de la zona, por lo que allí aprendió también a hablar mapudungun.

Ha sido silenciado por la historia y la enseñanza oficial, la actitud de respeto y dignidad que Bernardo O’Higgins tenía hacia el pueblo mapuche y para con todos los “pueblos originarios”, que plasmó no solo en los símbolos de su bandera para Chile, sino también en su reconocimiento explícito a la independencia de estos pueblos, a través de una carta en marzo de 1819 titulada “El supremo director del Estado a nuestros hermanos los habitantes de la frontera del sur”, de la cual reproducimos el siguiente extracto:

Araucanos, cunchos, huilliches y todas las tribus indígenas australes: ya no os habla un Presidente que siendo sólo un siervo del rey de España afectaba sobre vosotros una superioridad ilimitada; os habla el jefe de un pueblo libre y soberano, que reconoce vuestra independencia, y está a punto a ratificar este reconocimiento por un acto público y solemne, firmando al mismo tiempo la gran Carta de nuestra alianza para presentarla al mundo como el muro inexpugnable de la libertad de nuestros Estados. Contestadme por el conducto del Gobernador Intendente de Concepción a quien he encargado trate este interesante negocio, y me avise de nuestra disposición para dar principio a las negociaciones. Entre tanto aceptad la consideración y afecto sincero con que desea ser vuestro verdadero amigo»

Otro extracto de la misma carta dice:

“….Nuestras escuelas estarán abiertas para los jóvenes vuestros que voluntariamente quieran venir a educarse en ellas, siendo de cuenta de nuestro erario todo costo. De este modo se propagarán la civilización y luces que hacen a los hombres, sociales, francos y virtuosos, conociendo el enlace que hay entre los derechos del individuo y los de la sociedad; y que para conservarlos en su territorio es preciso respetar los de los pueblos circunvecinos. De este conocimiento nacerá la confianza para que nuestros comerciantes entren en vuestro territorio sin temor de extorsión alguna, y que vosotros hagáis lo mismo en el nuestro, bajo la salvaguardia del derecho de gentes que observaremos religiosamente”,

Debemos recordar también la condición de masón de Bernardo O’Higgins y que buena parte de las independencias hispanoamericanas se tejieron en Europa, al interior de logias masónicas secretas, de las cuales se destaca la llamada “Logia Lautaro” fundada en Europa, cuyo nombre hacía referencia al toqui o caudillo mapuche Lautaro, por ser quien había liderado la resistencia contra los conquistadores españoles en la Capitanía General de Chile en el siglo XVI, ayudando así a mantener parte de la Araucanía independiente de la corona española.

Las razones y conveniencias por las que se despojó a Chile de los símbolos de la bandera de O’Higgins los desconocemos y sería valioso que algún historiador objetivo pudiera explicarlo, como también las razones y conveniencias por la que no es el 12 de febrero la fecha del “Día de la Independencia de Chile”, sino el 18 de septiembre, aun cuando es sabido que la Junta de Aristócratas del 18 de septiembre de 1810 estuvo muy lejos de corresponder a una independencia.

Aun cuando las proporciones (proporciones áureas) y la disposición de la estrella (inclinada hacia la izquierda) en la bandera de O’Higgins, correspondían también a simbolismos que se perdieron, si repusiéramos el Wüṉyelfe al diseño de la bandera actual, tendríamos el siguiente emblema patrio:

Como claramente lo entendía Bernardo O’Higgins, ser chileno no tiene por qué ser antagónico con ser mapuche, rapa nui o aymara. Esto se torna particularmente crítico en momentos en que tanto Chile como gran parte del mundo ha comenzado a abrazar el paradigma de la inclusión.

Creemos que es el momento justo de devolverle a nuestra bandera El Wüṉyelfe mapuche del libertador Bernardo O’Higgins, lo cual no solo sería un acto de justicia para con nuestro padre de la patria, sino un símbolo de nuevo trato en integración y dignidad para con el pueblo mapuche y para con todos los pueblos originarios de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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