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La nueva criptomoneda digital respaldada por los bancos centrales de China, Hong Kong, Tailandia y EAU Opinión

La nueva criptomoneda digital respaldada por los bancos centrales de China, Hong Kong, Tailandia y EAU

Patricio Torres Luque
Por : Patricio Torres Luque Académico investigador en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Finis Terrae.
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En el comercio internacional, los  bancos corresponsales (bancos asociados que colaboran en el extranjero en la realización de operaciones bancarias) actúan actualmente como puentes, realizando transacciones de una jurisdicción a otra, mediante una extensión de redes y acuerdos de corresponsalía bancaria. La gran desventaja de este sistema son los intermediarios y la gran cantidad de tiempo que tardan en realizarse las transacciones (producto de las múltiples zonas horarias y distintos horarios de funcionamiento); lo que deriva en una alta complejidad operativa, cuellos de botella  y algunas veces en pagos duplicados.

Ante la ausencia de soluciones multilaterales para los pagos transfronterizos, el Banco de Pagos Internacionales —el banco de los bancos centrales— ha creado el centro de innovación del Banco de Pagos Internacionales, enfocado principalmente en el estudio de la emisión de Moneda digital respaldada por Bancos centrales, a modo de crear en conjunto un tipo de criptomoneda interconectada que ayude a realizar pagos transfronterizos en forma más eficiente.

Acudiendo al llamado realizado en la asamblea del G20 el año 2020, en donde se decidió priorizar la mejora de los pagos transfronterizos, los bancos centrales de Hong Kong, China,  Los Emiratos Árabes  y Tailandia concretaron el proyecto «mBridge», construyendo una plataforma de moneda digital respaldada por sus bancos centrales para la realización de pagos internacionales, con el objetivo de diseñar una nueva infraestructura de pago transfronteriza más eficiente, que mejore aspectos clave como el alto costo, la baja velocidad y  las complejidades operativas; garantizando a su vez, que las políticas, el cumplimiento normativo y la privacidad sean integrados apropiadamente. De esta manera, los participantes del banco central pueden emitir y canjear sus monedas digitales, mientras  los bancos comerciales participantes pueden enviar pagos de moneda digital de igual a igual.

EEUU. observa con aprensión esta jugada. Debido a las características peculiares de su sistema bancario, y de la cultura de sus habitantes —reluctantes a que el gobierno sepa cada una de las transacciones que realizan sus ciudadanos— la única iniciativa lanzada por el sector privado en cuanto a una criptomoneda para pagos transfronterizos fue la fallida «Libra» de Facebook (ahora Meta), que eventualmente se rebautizó como «Diem», no obstante ha sido fuertemente criticada por los bancos centrales del mundo occidental.

Hasta ahora—para los exportadores— el mecanismo de pago más utilizado ha sido el crédito documentario o la carta de crédito; instrumento costoso, complicado de utilizar y que tarda tiempo en ejecutarse, por lo que una moneda digital respaldada por los bancos centrales se contempla como una opción eficiente para el comercio internacional, en donde China —aprovechando su cadena logística y su proyecto estratégico de «la franja y la ruta»— con esta jugada nuevamente se adelanta a la hegemonía estadounidense y  del sistema bancario convencional.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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