Opinión
A estas alturas, podemos entonces esgrimir algunas aproximaciones de qué es la SN. En mi opinión, y en términos generales, es un concepto que se materializa en cualquier estrategia, táctica o acción civil o militar individual o grupal organizada, cubierta o encubierta y efectuada por un Estado para propiciar y privilegiar el Todo, principalmente, para mantenerlo como un Todo, de preferencia de forma civilizada.
Desde los albores de la sociedad civilizada, la Seguridad Nacional (SN) es esencial para trascender. Para cualquier Estado debe constituir un deber irrenunciable su gobernanza, arquitectura, estrategia y ejecución; la conciencia y continuidad de una sociedad dependen de ese concepto, no hay más.
Las amenazas están dentro y fuera de la sociedad y se exteriorizan con muchas máscaras metamórficas.
Independientemente de las epidermis o sensibilidades que podamos tener sobre el tema, las medias tintas o vacilaciones suelen ser de alto costo para las sociedades que no la entienden. Generalmente esto se manifiesta, en estadios más avanzados, hipotecando la soberanía y la estabilidad nacionales, comprometiendo la cultura de origen, desestabilizando la democracia y, en definitiva, endosando y sometiendo a las próximas generaciones a la subyugación a dogmas y/o culturas foráneas. En el concierto internacional actual, somos testigos privilegiados de varios de estos hechos.
La historia universal y reciente nos enseña, en miles de capítulos lúgubres, las desdichas cuando se compromete la Seguridad Nacional al no contar con la Inteligencia para prever amenazas, riesgos y vulnerabilidades externas o, sencillamente, en forma interna, cuando nos embelesamos con dogmas seductores.
Por tanto, la seguridad Nacional no es un juego y no debe estar indexada a los vaivenes de las administraciones de turno que ostentan el poder transitoriamente.
La violación a la seguridad lógica de los servidores de correos del Estado Mayor Conjunto (EMCO) de las FF.AA. de Chile y a otras organizaciones civiles, sufrida en mayo del 2022, facilitó la sustracción de más de 400 mil correos tanto de las Fuerzas Armadas como de las Fuerzas de Orden. El contenido de cada mensaje es por cierto comprometedor y muestra, en algunos casos, según la prensa nacional, la precariedad en algunos de nuestros estamentos de orden. Sin embargo, más graves son los archivos adjuntos a cada uno de ellos. Es probable que nunca sepamos con certeza qué efectivamente expusimos y por cuánto tiempo.
Lo que sí está claro es que, como sociedad, quedamos expuestos y, como consecuencia, nos sentimos vulnerables. Conocen nuestras debilidades. Los impactos los veremos más adelante.
Quizás mañana estaremos hablando de otros eventos de seguridad informática (ciberseguridad), tanto en el sector público como en el privado. Aún están frescos los eventos de esta naturaleza ocurridos a reconocidos bancos chilenos, universidades y, un largo etcétera, aunque no comprometieron la Seguridad Nacional como el que estamos comentando.
Podemos comprender y aceptar la existencia de riesgos inherentes asociados a las Tecnologías de la Información, redes de comunicación e inteligencia interconectada que sustenta nuestra forma de vida; sin embargo, es inadmisible no contar con estratégicas y tácticas disuasivas para enfrentarlas en el acto y de forma dinámica los lances indeseados. No existe el Control Interno perfecto, no obstante, las estratégicas, planes, acciones y recursos deben ser irrenunciables.
Grupo internacional “Guacamaya”, asociado geográficamente a Centroamérica, motivado por la “defensa” del planeta, enfrentar al poder económico depredador y a la industria imperialista. Atípicamente, según los primeros antecedentes, no les mueve el hecho de hackear, necesariamente, por dinero, sino más bien les seducen ideas reivindicadoras de lucha medioambiental del tipo David y Goliat y con aires de Robin Hood. Aunque la razón sea encomiable, el método no los es.
[cita tipo=»destaque»]Las responsabilidades, en este caso, recaen en el Estado de Chile, en las instituciones e individuos que, en sus distintos roles y grados de responsabilidad política y profesional, no comprendieron.[/cita]
Sin entrar en tecnicismo, que el tema por cierto lo exige, existen variados estándares, normas y buenas prácticas que permiten, sobre la base de análisis de riesgos, diseñar arquitecturas de gobernanza de datos y tecnologías de la información para crear ambientes de control tecnológico seguros y enfrentar o evitar, en la medida de lo posible, impactos dañinos a nuestra estructura de datos.
En esa línea, y mediante un conjunto de controles (predictivos, directivos, preventivos, detectivos, correctivos y de recuperación) poder hacer frente a eventos indeseados y, con plataformas y sistemas de electrónica avanzada, construir un entorno de defensa para salvaguardar las intangibles digitales de valor para el Estado y sus organizaciones.
Hoy fueron los correos, quizás en otro evento, y por qué no atreverse a decirlo, mañana puede ser espionaje o venta de planos de instalaciones de defensa, diseños de caballería blindada, aviónica, optimización a fuselajes de aviones de combate, misiones de navegación de flota naval de superficie y submarina y su geolocalización, cohetería y armamento teledirigido, electrónica militar, estado de la flota y recursos de las fuerzas de orden y su ubicación en tiempo real, y nuevamente, un infinito e irrespirable etcétera.
Tomémoslo como una clara advertencia y, de paso, entender que hoy nadie está exento de las violaciones a la seguridad lógica y física, ni siquiera las fundaciones.
Las responsabilidades, en este caso, recaen en el Estado de Chile, en las instituciones e individuos que, en sus distintos roles y grados de responsabilidad política y profesional, no comprendieron: primero, la significación de SN; segundo, la visión de Estado sobre este tema; tercero, la importancia estratégica de visualizar proactivamente la exposición al riesgo; y, cuarto, de proveer los recursos necesarios para organizar y gestionar la seguridad de forma proactiva.
La cadena de roles y responsabilidades es larga.
A estas alturas, podemos entonces esgrimir algunas aproximaciones de qué es la SN. En mi opinión, y en términos generales, es un concepto que se materializa en cualquier estrategia, táctica o acción civil o militar individual o grupal organizada, cubierta o encubierta y efectuada por un Estado para propiciar y privilegiar el Todo, principalmente, para mantenerlo como un Todo, de preferencia de forma civilizada.
Los desafíos están.
