Opinión
“Think global, act local” («Piensa global, actúa local»), es un concepto que escuchamos con frecuencia y apunta a lo importante que es enfocar los problemas con una visión amplia que considere la experiencia de distintos actores, pero a la hora de ejecutar soluciones y generar los cambios que necesitamos, resulta mucho más efectivo actuar de manera local dentro de nuestras propias comunidades.
Un ejemplo concreto de esta premisa es lo que vivimos hace algunos días en Somos Territorio, un encuentro con líderes comunitarios y agentes de cambio social organizado por la Fundación Mustakis y Territorio Común. El objetivo de reunirnos fue valorar la mirada territorial en la búsqueda de una sociedad mejor y cómo las actividades que se basan en el vínculo y la confianza entre las personas son fundamentales para fortalecer el tejido social.
Así, pudimos conocer testimonios inspiradores de personas que –desde sus barrios o juntas de vecinos–, detectaron un problema que los afectaba y se pusieron manos a la obra para resolverlo. Está el caso del joven que vio la falta opciones habitacionales en su población y promovió una alianza entre los vecinos para recibir un terreno que les permitiera construir viviendas sociales; o el caso de una vecina que vio cómo el narcotráfico y las drogas se apoderaban de las plazas públicas de su comuna y, junto a su junta vecinal, insistió en postular a un fondo que les permitiera mejorar las plazas y erradicar la delincuencia.
Ejemplos como estos hay muchos y todos comparten un denominador común: el empuje y coraje de individuos que creen en el cambio y que lo ejecutan con éxito dentro de sus territorios y sus propias comunidades. Porque cuando se trata de resolver problemas concretos, quienes mejor conocen las necesidades y problemáticas de sus territorios son los líderes locales, son ellos quienes comparten la misma realidad y ese atributo les permite crear soluciones acordes a lo que se necesita mientras consideran todos los factores en juego.
Por eso creo que es fundamental tender puentes y empoderar a estos líderes para sigan canalizando su labor y enseñarnos que, desde lo micro, existe un enorme potencial que se puede replicar en lo macro, y así construir una sociedad mejor para todas las personas. Para ello, se necesita tender puentes de manera constante y crear instancias de colaboración mutua en donde todas las partes puedan dar lo mejor de sí. Construir barrios y comunidades más amables, seguros e inclusivos es importantísimo para que nuestros niños, niñas y próximas generaciones tengan mejores oportunidades.
Desde la visión particular de los barrios, obtenemos una pequeña escala de experiencias que nos ayudan a conectar, habitar y mirar a los otros no como seres pasivos, sino como protagonistas y agentes de cambio en la medida en que los implicados dialogan, conectan y habitan los territorios más allá de las condiciones impuestas. Son las personas quienes dan forma al lugar donde realmente merecen habitar, porque dejamos atrás los tiempos del conformismo, ahora se lucha para concretar el cambio y transformar realidades.
Por eso, mientras más ideas, experiencias y acciones compartamos, más nutrida estará nuestra red de inteligencia colectiva y talento conjunto. Lo dice la misma CEPAL: “El liderazgo de los gobiernos locales constituye una de las fuerzas impulsoras más importantes para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Los gobiernos locales son relevantes precisamente por eso, porque las metas que buscan conseguir son, ante todo, locales.
