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Alfabetización financiera para no morir en el intento Opinión

Alfabetización financiera para no morir en el intento

Carlos Schneider Yañez
Por : Carlos Schneider Yañez Odontólogo y Magister en Gestión en Salud. Universidad de Chile M.B.A. Tulane University (USA)
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Por lo menos hace un año que nadie habla de otra cosa que no sea la economía del hogar, de los créditos o del costo de la vida. Este fenómeno donde se ve tanto interés por la economía, tiene que ver con que la inflación acumulada en 2022 fue del 12,8%, la mayor desde hace 30 años. Esto ha repercutido en un alza descomunal de los alimentos y ni hablar de las tasas de interés para créditos, donde incluso el Banco Central ha seguido subiéndolas, con el objetivo de incentivar el ahorro de las personas y contener el gasto.

El interés de los medios de comunicación por poner en la palestra los temas económicos ha suscitado también iniciativas para estimular la educación financiera, para que no nos desbarranquemos por falta de liquidez. 

Como ejemplo de lo anterior, se puede mencionar el sitio web “Mi Barrio Financiero” y también de aplicación para el celular, donde se pueden encontrar tips de ahorro, consejos al momento de pedir un crédito y además cuenta con cursos de educación financiera para emprendedores. “Mi Barrio Financiero” es parte del convenio entre la Asociación de Bancos y la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, donde además se indica que uno de los objetivos es el bienestar de la billetera. Otro ejemplo de medida es la del SERNAC, con su programa: “Para vivir mejor, educación financiera”, consistente en cápsulas animadas sobre el ahorro o el uso del dinero.

Pero es necesario mostrar datos duros, para encarrilarse en esta “consciencia” financiera, donde queda claro que el endeudamiento es un tema por sí solo y por eso el interés de educar a la ciudadanía. El Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central de noviembre de 2022, indica que los hogares enfrentan el aumento de los costos de financiamiento, la ralentización de la creación de empleo y los menores salarios reales. Y los hogares de menores ingresos han ido reduciendo disponibilidad de liquidez, recurriendo al endeudamiento de más corto plazo, que aumenta su exposición a los cambios en las tasas de interés.

En esta misma línea, la Encuesta Financiera de Hogares del Banco Central en 2021, señala que el 57% de los hogares chilenos tiene alguna deuda, destacando las de consumo, hipotecarios y educacionales. Con respecto a las causales de endeudamiento, financiar gastos educacionales sigue siendo la principal motivación. El hogar mediano destina un 21% de sus ingresos mensuales al gasto de deudas.

Y el desafío para administrar bien nuestro presupuesto, tiene otro gran reto: la canasta básica de alimentos. Hasta esta edición, tenía un precio de $64.407 y anota un alza de un 28,2% en un año. Por eso no es extraño que sólo un quintil tiene capacidad de ahorro.

Si comparamos a Chile con los países de la OCDE, aún estamos muy por debajo de los estándares óptimos en conocimiento y responsabilidad financiera. Por lo tanto, es necesario seguir remando en esta dirección, para salir flotando de a poco y no ahogarse en este intento por estirar el presupuesto.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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