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Corazón de chileno DEPORTES

Corazón de chileno

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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La Davis es otra cosa, dicen en el mundo del tenis y así es. El ranking muchas veces no juega, solo sirve para la previa. Por eso, Garín y Jarry deben ponerse el traje de Copa Davis. Entender que cada pelota es clave y que la actitud que se muestre en la cancha, muchas veces, termina siendo el factor decisivo al momento de poder cerrar un partido.


Amo el tenis. Verlo y jugarlo. No soy especialista en este deporte, pero sí me hace vibrar. Por eso decidí escribir esta columna sobre la serie de Copa Davis, Chile vs. Kazajistán, porque quiero partir reconociendo la plusvalía que significa tener a Nicolás Massú como capitán y referente del equipo.

Massú no fue un tenista talentoso, al contrario, se armó en base al esfuerzo y dedicación. Ganarle un partido al viñamarino costaba mucho. Su carrera habla de lo que fue Massú. Sus enormes logros lo catapultan a un sitial que difícilmente algún tenista nacional logre conseguir.

Por eso tenerlo en la silla de la capitanía es un lujo. Cualquier jugador debería sentirse más que motivado por tener al doble medallista olímpico entregándole tips y secretos para intentar vencer al rival. El tenis es un deporte de mucha cabeza y estrategia. Muchos talentosos, que no tuvieron el rigor y fortaleza para llegar a lo más alto, sucumbieron por esa parte clave del tenis.

Massú fue un ejemplo de esa actitud mental distinta. Conocedor y claro en sus limitantes, su mayor fortaleza fue siempre transmitir seguridad, actitud y ganas de estar en la cancha. Por esto, creo que el equipo chileno tiene un plus al poder tener a Massú en las decisiones claves.

Es una oportunidad enorme para Chile el poder intentar quedarse con llave ante Kazajistán. A nivel de mar, donde la bola es más pesada y la cancha más lenta, la arcilla, superficie original para los nuestros; y que además les molesta en demasía a los visitantes.

Con Garín y Jarry definidos como los singlistas, Chile puede tener un auspicioso panorama ante Búblik y Skatov. La arcilla es la superficie privilegiada y los kazajos, formados en canchas rápidas, saben que tienen menos chances de ganar. Pero eso es en el papel, porque de jugar a jugar, el ranking de Búblik es el mejor de todos los protagonistas, pero, claro, en Copa Davis puede pasar todo.

Por eso hablo mucho de la actitud. Garín y Jarry tienen tenis de sobra para quedarse con los partidos, pero sus carreras están marcadas por las intermitencias y caídas a veces inesperadas ante rivales de menor tono. Por años, el tenis chileno contó con jugadores de un corazón enorme. Las historias y epopeyas de Pato Cornejo, Jaime Fillol, Hans Gildemeister, Ricardo Acuña, Marcelo Ríos, Fernando González y Nicolás Massú, los transformaron en reales jugadores coperos.

La Davis es otra cosa, dicen en el mundo del tenis y así es. El ranking muchas veces no juega, solo sirve para la previa. Por eso, Garín y Jarry deben ponerse el traje de Copa Davis. Entender que cada pelota es clave y que la actitud que se muestre en la cancha, muchas veces, termina siendo el factor decisivo al momento de poder cerrar un partido.

Esta no es una columna técnica, es más bien desde las emociones y vivencias respecto a lo que me gusta del tenis. Espero ver a Chile ganar y tener el sueño de volver a las grandes ligas. Porque como el “corazón de chileno” –y de paso enviarle un abrazo enorme a Patricio Cornejo, con quien compartí por años en Canal 13, miles de horas de partidos de tenis–, ese corazón que tuvo Massú en la cancha, esté este fin de semana en La Serena, y la escuadra nacional pueda ganar y disfrutar del anhelo mayor.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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