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Gracias, José DEPORTES

Gracias, José

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Su labor de rastreo y formación de muchos jugadores de la generación dorada fue, en parte, su legado eterno. Claro, estos deportistas tenían la conducción de sus entrenadores en los clubes, pero Sulantay logró detectar esos talentos y darles un cuerpo colectivo. Sus dos selecciones menores, Holanda 2005 y Canadá 2007, son la base de los que luego, el 2015, lograrían la primera y ansiada Copa América.


La muerte de José Sulantay no es solo la partida del patriarca de la familia, abuelo, amigo o marido. Se va uno de los grandes artífices de los triunfos de Chile en el fútbol.

Porque José Sulantay fue un visionario y adelantado. Un hombre que se crió y desarrolló en el fútbol, sin grandes discursos o lenguajes. Lo de Sulantay era ojo clínico, experiencia de años de cancha y esa mirada más futurista que siempre lo destacó, pero que poco se apreció en Chile.

José Sulantay era un técnico vivo. Sabía cómo manejar a los jugadores más veteranos, que, a cierta edad y cartel, tratan de imponer sus términos. Sabía tenerlos de su lado y cómo lograr los objetivos que se planteaban. Y pese a ser un hombre grande, Don Sula, tenía una especial llegada con los más jóvenes. Los hacía sentir en confianza y lograba muchas veces que esos noveles deportistas pudieran desarrollar todo su potencial.

Son inolvidables dos de sus equipos. Coquimbo de la Libertadores 1992, equipo fuerte y duro, además de Cobreloa de ese mismo año, que llega ya jugándose el torneo y termina siendo campeón. Dos equipos que plasmaban a la perfección el espíritu y forma de sentir el fútbol por parte de José.

Pero su gran legado está firmemente unido a los triunfos de la selección. Su labor de rastreo y formación de muchos jugadores de la generación dorada fue, en parte, su legado eterno. Claro, estos deportistas tenían la conducción de sus entrenadores en los clubes, pero Sulantay logró detectar esos talentos y darles un cuerpo colectivo. Sus dos selecciones menores, Holanda 2005 y Canadá 2007, son la base de los que luego, el 2015, lograrían la primera y ansiada Copa América.

Don José era un tipo afable y conversador. Sabio por naturaleza y generoso en compartir sus vivencias y conocimientos. Nunca se negó a una conversación y jamás incluso cuando era criticado. Daba la cara siempre. En las buenas y en las malas. Un tipo derecho y sin dobles discursos.

Por eso, su partida se siente mucho. Un hombre que logró ser querido y amado por dos equipos rivales históricos, como son Deportes La Serena y Coquimbo Unido. En ambos su memoria será eterna, como también en la historia del fútbol chileno.

De esta forma humilde, agradecer a José Sulantay por su enorme cariño a la actividad, sin poses de divo, sin vestir corbata o andar en autos de lujo. Agradecer por su lenguaje sencillo, pero lleno de profundidad y cariño por el fútbol. Por ser auténtico siempre. Por ser simplemente José o Don Sula.

Hasta siempre.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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