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Sistemas Agroforestales: una opción sostenible para el futuro

Sistemas Agroforestales: una opción sostenible para el futuro

Alejandro Lucero Ignamarca
Por : Alejandro Lucero Ignamarca Director ejecutivo (s) Instituto Forestal
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Los árboles y arbustos en los SAF desempeñan múltiples roles, desde la captura de carbono hasta la protección del suelo y la biodiversidad. También mejoran las condiciones ambientales al regular la velocidad del viento, la temperatura y la humedad del suelo, lo que beneficia a plantas y animales.


En un mundo impactado globalmente por el cambio climático, la búsqueda de prácticas agrícolas y forestales sostenibles se ha convertido en una prioridad. Una de las soluciones que ha demostrado su valía es la Agroforestería, también conocida como Sistemas Agroforestales (SAF). Estos sistemas representan una combinación integrada e intensional del uso forestal, ganadero y agrícola en un mismo sitio, con el objetivo de maximizar la producción del suelo de manera sostenible y aumentar la rentabilidad de las tierras.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) respalda esta iniciativa. Según su publicación “Agroforestería para la restauración del paisaje”, los SAF aportan una serie de beneficios notables. En primer lugar, contribuyen a la restauración de paisajes degradados, mejorando la calidad del suelo y aumentando su fertilidad. También, gracias a la cobertura arbórea, ayudan a controlar la erosión y a mejorar la disponibilidad de agua, aspectos esenciales para la agricultura sostenible.

Además de los beneficios para la tierra, los SAF tienen un impacto positivo en las comunidades rurales. Proporcionan una variedad de alimentos, forraje y productos derivados de los árboles, lo que aumenta la seguridad alimentaria, genera ingresos y combate la pobreza. También aumentan la resiliencia de las comunidades frente a perturbaciones climáticas y contribuyen a mitigar el cambio climático, al considerar la incorporación de la componente arbórea dentro de su sistema.

Los árboles y arbustos en los SAF desempeñan múltiples roles, desde la captura de carbono hasta la protección del suelo y la biodiversidad. También mejoran las condiciones ambientales al regular la velocidad del viento, la temperatura y la humedad del suelo, lo que beneficia a plantas y animales.

En Chile, el Instituto Forestal (INFOR) ha desempeñado un papel fundamental en la promoción y desarrollo de SAF. Durante los últimos 25 años, INFOR ha realizado investigaciones y establecido más de 1800 unidades agroforestales en todo el país, beneficiando a numerosos propietarios y comunidades. Esto no solo ha impulsado la sostenibilidad ambiental, sino que también ha fortalecido las economías locales.

Un ejemplo concreto es el proyecto “Restauración Agroforestal a Escala de Paisaje” en la Región del Biobío, que busca no solo mejorar la gestión hídrica y medioambiental de las tierras silvoagropecuarias, sino también abordar el desafío de restaurar áreas afectadas por incendios forestales. Esta iniciativa no solo restaura la tierra, sino que también la productividad y calidad de vida de los pequeños y medianos propietarios rurales.

En resumen, los Sistemas Agroforestales son una estrategia prometedora para un futuro sostenible. Al combinar la agricultura, la silvicultura y la ganadería, no solo mejoran la productividad de la tierra, sino que también fortalecen las comunidades y contribuyen a la conservación del medio ambiente. Es hora de considerar seriamente la adopción de estos sistemas en nuestras prácticas agrícolas y forestales. El futuro de nuestras tierras y comunidades rurales depende de ello.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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