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El retiro de Lagos Escobar Opinión

El retiro de Lagos Escobar

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Pienso que el legado del ex Presidente Ricardo Lagos queda para el análisis de los historiadores y analistas políticos. Para mí, como ciudadano, se retira de la vida pública un mandatario que fue capaz de poner al país de pie y hacerlo caminar hacia cambios fundamentales.


El 30 de enero, en un Santiago a 35 grados de temperatura, se difundió la imagen grabada a dos cámaras de Ricardo Lagos Escobar comunicando lo siguiente: “Me retiro de la vida pública”. Aunque es un lugar común la frase de que los políticos nunca se retiran, ahora Lagos la desafía y la contradice y así comunica su retiro a la vida privada con gran sobriedad.

Al ver y oír su mensaje se me vinieron varias ideas súbitas. Primero recordé cuando conocí a Ricardo Lagos en los años 80 junto a varios estudiantes universitarios en una reunión ad hoc en el Grupo de los 24. Él venía llegando de vuelta a Chile con energía y nos impresionó a un grupo de jóvenes por su claridad en el análisis del estado del país en plena dictadura, y cómo visualizaba un camino de salida a la democracia desde el hablante del socialismo democrático y su aporte, cuando no se presagiaban buenos tiempos para aquello.

En esa reunión se percibía su claridad de ideas, la convicción y valentía con que las exponía abriendo caminos cuando se veía un país cuesta arriba o abajo, sin diálogos ni consensos políticos mínimos, y por el contrario aún arreciaba la violencia del establecimiento gobernante en materia de derechos humanos.

Por ello, no me resultó ajeno cuando lo vi en pantalla de TV Canal 13, apuntando con el dedo índice al gobernante Augusto Pinochet y lo emplazaba en primera persona en la víspera del plebiscito de 1988, ante la cara atónita y demudada de la periodista Raquel Correa que trataba desesperada de volverlo a su libreto y derechamente no dejándolo hablar, interrumpiéndolo como si hubiera roto un pacto no escrito de no agresión y de “no hablar de ciertas cosas”. Su mensaje fue: vamos a derrotar en el plebiscito a la dictadura con un lápiz y un papel, lo que parecía una utopía casi ingenua en ese contexto político. 

Ahora, cuatro décadas más tarde, impacta ver al hombre con la misma claridad de aquella época, con iguales convicciones y claridad de ideas, articulando un relato compartido sobre el momento del mundo y de Chile en un cambio de época, en pleno desarrollo de la revolución tecnológica y con las urgencias de un mundo que no deja de impactar a diario, no para bien, en materia climática y ambiental, migratoria, de pobreza, de inseguridad social y pública y de guerras territoriales fundamentalistas a nivel global.

Ricardo Lagos Escobar reserva en su video de despedida unos minutos para agradecer a quienes lo apoyaron en su camino de político, y dedica una especial mención a su familia, y por cierto un muy emotivo homenaje a Luisa Duran, su sostén en la vida pública, artífice del programa Sonrisa Mujer y de las Orquestas Juveniles que suenan maravillosa y virtuosamente hasta ahora.

No cabe duda que se trata de un estadista de gran nota en nuestra historia, y también a nivel latinoamericano, en los últimos 34 años de vida democrática. Por de pronto es el primer presidente socialista en la transición democrática desde la dramática experiencia de Salvador Allende y con ese peso histórico entró a La Moneda el 11 de marzo de 2000, y así concluyó su mandato el 11 de marzo de 2006, dejando en su legado haber logrado sacudir mediante diálogos y acuerdos amplios, y una Constitución de 1980 despojándose de sus resabios de democracia protegida luego de las reformas de 2005.

Se me vino también en imagen un Ricardo Lagos poniendo los puntos críticos en los dos fallidos procesos constitucionales de 2022 y 2023, en los que también habló fuerte y claro cuándo vio que se articulaban textos constitucionales que iban en contra de principios democráticos esenciales, incomodando a muchos que no estaban contentos ni cómodos con sus palabras. 

Me gusto cuando digo lo siguiente: “No voy a guardar silencio si veo que puedo hacer un aporte”. Me trajo a la memoria el artefacto de nuestro gran Nicanor Parra “Voy y vuelvo” o la imagen de la foto de la Reina Isabel II mirando de reojo en el palacio de Buckingham en el segundo piso tras una cortina.

Pienso que el legado del ex Presidente Lagos queda para el análisis de los historiadores y analistas políticos y ahí queda su video testimonio “Me retiro de la vida pública”.

Para mí, como ciudadano, se retira de la vida pública un mandatario que fue capaz de poner al país de pie y hacerlo caminar hacia cambios fundamentales que lograron cambiar la vida de la gente para bien, en que la cultura siempre ocupó un lugar privilegiado, mostrando una dimensión humanista e inquieta de quien ahora se retira y despide, pero que estoy cierto que él sigue atento al devenir del país, escribiendo sus experiencias, revisando documentos y fotos y por sobre todo revisando su pensamiento político.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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