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Nuestra irresponsabilidad ante la crisis climática nos costará muy cara Opinión

Nuestra irresponsabilidad ante la crisis climática nos costará muy cara

Jaime Hurtubia
Por : Jaime Hurtubia Ex Asesor Principal Política Ambiental, Comisión Desarrollo Sostenible, ONU, Nueva York y Director División de Ecosistemas y Biodiversidad, United Nations Environment Programme (UNEP), Nairobi, Kenia. Email: jaihur7@gmail.com
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Lo sabemos, de continuar con nuestra inacción actual, para el año 2050 nos encontraremos atrapados en una economía mundial fallida, resultante de las enormes emisiones de CO2 que estamos lanzando a la atmósfera. No hay otra salida, por muy complicada, compleja e imposible que parezca.


Recientemente se han publicado los resultados de una investigación científica que buscaba cuantificar el costo del daño medioambiental provocado por la crisis climática. Su conclusión es peor de lo que se esperaba: se estima que será seis veces mayor que el precio que deberíamos pagar si realmente la humanidad se aplicara a limitar el calentamiento global a 2 °C. El límite de los 2 °C ya se decidió en el marco del Acuerdo de París, pero ningún país ha cumplido con sus promesas. Muy por el contrario, siguen aumentando las emisiones de CO2. El estudio ( nos demuestra que esta irresponsabilidad nos costará muy cara, a nosotros y a las futuras generaciones.

El impacto económico que se pronostica es más del doble que cualquier análisis anterior. Detrás de esa diferencia hay una metodología muy sofisticada. La mayoría de los estudios anteriores consideraron solo los daños relacionados con el aumento de las temperaturas a nivel nacional. Por primera vez se incorporaron las precipitaciones y los impactos climáticos extremos utilizando 40 años de datos de 1.600 regiones subnacionales en todas las regiones del mundo. Esto es importante, porque el clima y los desastres extremos son un fenómeno local más que nacional.

Principales resultados:

  • La pérdida promedio permanente de ingresos en todo el mundo será del 19% para 2049. En Estados Unidos y Europa la reducción será de alrededor del 11%, mientras que en América del Sur será del 16%, África y el sur de Asia será del 22%, y en algunos países individuales la reducción será mucho mayor. Los daños económico-sociales serán severos, por no decir devastadores y la desigualdad será impactante. Si la inacción se mantiene, el estudio proyecta pérdidas de ingresos promedio de más del 60% para 2100. Pero si las emisiones caen a cero neto en 2050, respetando el Acuerdo de París, las caídas de ingresos se estabilizarían en valores cercanos al 20%.
  • Los daños medioambientales tienden a persistir durante meses y años, en lugar de ser solo un impacto puntual. Las proyecciones anteriores eran optimistas en cuanto a que la mayoría de las economías del hemisferio norte seguirían creciendo. Por el contrario, los modelos del estudio muestran que países como Alemania (-11%), Francia (-13%), Estados Unidos (-11%) y Reino Unido (-7%) saldrán perdiendo incluso hacia 2050. Los más afectados serán los países de las regiones más afectadas por el calentamiento, como Botswana (-25%), Mali (-25%), Irak (-30%), Qatar (-31%), Pakistán (-26%) y Brasil (-21%).
  • Los ingresos medios mundiales caerán casi una quinta parte de aquí a 2050 debido al aumento de las temperaturas, las lluvias más intensas, las inundaciones, las sequías, los incendios, los huracanes, entre otros, afectando diversos sectores que son relevantes para el crecimiento económico, como los rendimientos agrícolas, la productividad laboral, el turismo o la infraestructura. Los eventos climáticos extremos que empiezan a ser cada vez más frecuentes e intensos, cuando nos acerquemos a 2050 habrán causado pérdidas anuales aproximadas a los 38 billones de dólares.
  • Si adoptáramos a partir de ahora las medidas correctas en mitigación y adaptación, más la eliminación gradual de los combustibles fósiles y su reemplazo con energías renovables, los costos descenderían alrededor de los 6 billones de dólares anuales. Es decir, una cifra equivalente a una sexta parte del costo aproximado a los 38 billones de dólares promedio de todos los daños medioambientales que provocaría una amenaza climática en permanente ascenso. Por tanto, es evidente que la reducción de las emisiones de CO2 siempre será mucho más barata que no hacer nada.

Mirando hacia adelante

Los resultados de esta investigación de alto nivel (Kotz, M., Levermann, A. & Wenz, The economic commitment of climate change, Nature 628, 17 abril 2024), publicada en Nature (Reino Unido) (una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial, no debería dejarnos indiferentes. Son abrumadores. Es de esperar que permitan despejar las dudas de todos los que aún son escépticos respecto a la gravedad de la crisis climática y hasta qué punto compromete nuestro futuro y el de nuestros nietos y bisnietos. Por supuesto, a los negacionistas no les gustará. Para ellos, cualquiera sea la evidencia científica, no tiene relevancia si choca con su peculiar cosmovisión. Desde la década de los 70 niegan el calentamiento global, desde 2015 menosprecian el Acuerdo de París y solo prestan atención a aquellos asuntos que son en beneficio de sus intereses económicos y políticos inmediatos.

Los resultados aquí revisados certifican el desafío más importante que tenemos por delante. Nos exige, de una vez por todas, dar un salto estructural de envergadura hacia un sistema de energías renovables, sostenibles, que nos asegure no despilfarrar nuestros escasos recursos financieros.

Lo sabemos, de continuar con nuestra inacción actual, para el año 2050 nos encontraremos atrapados en una economía mundial fallida, resultante de las enormes emisiones de CO2 que estamos lanzando a la atmósfera. No hay otra salida, por muy complicada, compleja e imposible que parezca. La temperatura, la ecología y la economía en nuestra “Una Sola Tierra” solo se estabilizarán cuando privilegiemos las energías renovables y la electromovilidad y dejemos de quemar petróleo, gas, carbón y árboles, cualquiera sea el costo. No importa. Ahora comprendemos que siempre será más barato que no hacerlo. Así de simple. Ahora es cuando.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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