¿Qué rol desempeñan el hogar y la escuela en el origen y mantenimiento de estas diferencias socioeconómicas en matemáticas?
Hace algunas semanas, como parte del trabajo del Núcleo Milenio para el Estudio del Desarrollo de Habilidades Matemáticas Tempranas (MEMAT), publicamos un estudio en el que encontramos que existen brechas socioeconómicas en tres habilidades matemáticas al inicio y durante la educación básica en Chile, utilizando datos de la Encuesta Longitudinal de Primera Infancia (ELPI).
En otras palabras, observamos que los niños y niñas chilenos con padres de bajo nivel educativo tienen un menor rendimiento en matemáticas que sus pares con padres de alto nivel educativo, incluso al comienzo de la educación básica. Este descubrimiento puede parecer poco sorprendente. Lo nuevo de este estudio es que mostramos que estas brechas no solo persisten desde primero a octavo básico, sino que en algunos casos incluso se amplían a lo largo de la enseñanza básica.
¿Qué rol desempeñan el hogar y la escuela en el origen y mantenimiento de estas diferencias socioeconómicas en matemáticas? ¿Qué pueden hacer los padres, apoderados, jardines infantiles y colegios para disminuir o eliminar las desventajas en matemática que enfrentan los niños y niñas con padres de bajo nivel educativo?
Por un lado, nuestro estudio mostró que los padres de bajo nivel educativo que proporcionan mayores materiales de aprendizaje y respuestas verbales y emocionales adecuadas a sus hijos e hijas antes del ingreso a la educación básica logran reducir la brecha en matemática. Por otro lado, también observamos que la brecha socioeconómica en habilidades matemáticas se mantiene o aumenta independientemente del colegio al que asisten los y las estudiantes.
Esto nos lleva a concluir que los colegios no están logrando proporcionar las oportunidades de aprendizaje óptimas para que los y las estudiantes de bajo nivel socioeconómico mejoren su rendimiento matemático, que ya era inferior al de sus pares más aventajados al ingresar a la educación formal. Este es un desafío para el sistema educativo chileno que debe poner énfasis en la promoción del aprendizaje matemático de niños y niñas desde los primeros años.
Para reducir las brechas socioeconómicas en habilidades matemáticas, también es fundamental fortalecer la vinculación entre los padres y apoderados con los jardines infantiles y colegios. Las instituciones educativas pueden apoyar a las familias en cómo promover el desarrollo del pensamiento matemático temprano desde la primera infancia y a lo largo de la educación básica.
Ejemplos de soportes que la escuela puede prestar a las familias en esta dimensión son enviar libros al hogar que promuevan la resolución de problemas y utilicen vocabulario matemático; sugerir juegos que requieran aplicar conceptos matemáticos como el conteo o las sumas simples; o ayudar a los apoderados a visualizar las oportunidades de aprendizaje matemático en actividades cotidianas como las compras o la preparación de comidas. A menudo, los padres desean involucrarse en el proceso de aprendizaje, pero carecen de las herramientas necesarias para hacerlo de manera efectiva.
En conclusión, para trabajar en la disminución de las brechas socioeconómicas en matemáticas, es esencial que exista una relación estrecha y coordinada entre los padres, apoderados, jardines infantiles y colegios. Esto es crucial para apoyar a que niños, niñas y adolescentes que inician su escolaridad en desventaja socioeconómica logren trayectorias educativas más exitosas, lo que, a su vez, tendrá un impacto positivo en sus oportunidades en el mundo laboral.
Constanza Ayala
Escuela de Sociología, Universidad de Valparaíso
Investigadora Joven MEMAT
Katherine Strasser
Escuela de Psicología, Pontificia Universidad Católica de Chile
Investigadora Principal MEMAT
María Inés Susperreguy
Facultad de Educación, Pontificia Universidad Católica de Chile
Directora MEMAT
Karla Castillo
Estudiante postgrado MEMAT