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Trump en el Golfo: negocios, armas y una nueva arquitectura geopolítica Opinión BBC

Trump en el Golfo: negocios, armas y una nueva arquitectura geopolítica

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Alberto Rojas
Por : Alberto Rojas Director del Observatorio de Asuntos Internacionales, Facultad de Humanidades y Comunicaciones, Universidad Finis Terrae. @arojas_inter
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En este contexto, es importante recordar que hace años que Irán, la histórica potencia chiita de Medio Oriente, mantiene una “guerra fría” con su principal rival, el reino de Arabia Saudita, el bastión sunita de la región.


La reciente gira de Donald Trump por Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos no solo dejó una estela de acuerdos comerciales colosales, sino que también evidenció un reordenamiento estratégico en Medio Oriente, con implicancias que trascienden la economía y tocan fibras sensibles de la política regional.

En Riad, Trump y el príncipe heredero Mohammed bin Salman (MBS) firmaron un paquete de acuerdos que incluye una venta de armas por valor de US$ 142.000 millones y compromisos saudíes de inversión total por US$ 600.000 millones en sectores como energía, aviación, inteligencia artificial y defensa. Estos acuerdos refuerzan la alianza estratégica entre ambos países y consolidan a Arabia Saudita como un socio clave en la visión de Trump para la región.

En Doha, las autoridades de Qatar anunciaron la compra de 210 aviones Boeing, la mayor orden en la historia de la compañía, y se comprometieron a invertir US$ 1,2 billones en proyectos conjuntos con Estados Unidos. Sin embargo, el regalo de un avión Boeing 747-8 personalizado, valorado en US$ 400 millones, al presidente Trump, generó controversias y cuestionamientos dentro y fuera de EE.UU. por posibles conflictos de intereses.

Por su parte, en Emiratos Árabes Unidos, Trump cerró acuerdos para el desarrollo de inteligencia artificial aplicada a la defensa y anunció la creación de un fondo conjunto de inversión en defensa cibernética por US$ 5.000 millones. Además, se acordó la compra de semiconductores avanzados y una expansión del uso militar conjunto de bases aéreas en Abu Dabi.

Sin embargo, uno de los momentos más sorprendentes de la gira fue el encuentro de Trump con Ahmed al-Shara, el nuevo líder de Siria tras el derrocamiento de Bashar al-Assad, en diciembre de 2024. Al-Sharaa, anteriormente conocido como Abu Mohamed al Julani, fue líder del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham, estuvo vinculado a Al Qaeda y Washington había ofrecido una recompensa de US$ 10 millones por él.

La reunión, facilitada por MBS en Riad, culminó con el anuncio del levantamiento de las sanciones estadounidenses a Siria, una decisión que marca un giro significativo en la política exterior de Washington. Trump instó a Al-Shara a unirse a los Acuerdos de Abraham y normalizar relaciones con Israel, en un intento por integrar a Siria en una nueva arquitectura regional liderada por Arabia Saudita.

En este contexto, es importante recordar que hace años que Irán, la histórica potencia chiita de Medio Oriente, mantiene una “guerra fría” con su principal rival, el reino de Arabia Saudita, el bastión sunita de la región. Y que MBS busca tener a esta “nueva Siria” como aliado.

Llamó la atención que en esta gira Israel no fuera parte del itinerario de Trump; una decisión que ha sido interpretada como un aparente distanciamiento en medio de tensiones por la guerra en Gaza y desacuerdos sobre las conversaciones nucleares de EE.UU. con Irán. Aunque no hubo confrontaciones públicas entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la omisión sugiere un cambio en las prioridades de la política exterior estadounidense en esta zona.

La gira de Trump por el Golfo Pérsico no fue simplemente una misión comercial, fue la escenificación de una nueva era en la política de Estados Unidos hacia Medio Oriente. Una era donde los intereses económicos y las alianzas estratégicas con actores clave como Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos redefinen las prioridades y las relaciones tradicionales, marcando un punto de inflexión en la influencia estadounidense en esta convulsionada región.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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