Publicidad
Legislar por aborto con plazos: lo más parecido al Día de la Marmota Opinión Archivo

Legislar por aborto con plazos: lo más parecido al Día de la Marmota

Publicidad
Laura Albornoz
Por : Laura Albornoz Ex ministra y militante DC
Ver Más

Todos estamos contra el aborto y nadie anhela uno, pero muchos creemos que los niños y las niñas tienen derecho a nacer deseados, porque asegurar este derecho hace posible el cumplimiento de todos los demás, aunque los padres sean pobres, o poco preparados… o poco dotados.


El Gobierno anunció, antes del último mensaje del Presidente Gabriel Boric, la presentación del proyecto de ley de #AbortoConPlazos, comprometido en su programa gubernamental, el que –entre otras cosas– señala el plazo de 14 semanas para su realización, como en Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Argentina o Uruguay, entre otros.

La clandestinidad acarrea grandes desigualdades. Mientras quienes tienen recursos pueden contar con asistencia médica de calidad, la mayoría recurre al mercado negro de medicamentos y procedimientos inseguros, pagando el alto costo de la clandestinidad, que en muchos casos termina en una atención de urgencia.

Las mujeres viven diversas realidades que no pueden reducirse solo a tres causales extremas. Hay múltiples razones por las cuales pueden decidir no ser madres en un momento o circunstancia determinada, o no ser madres del todo. Tienen derecho a planificar su futuro, sus proyectos de vida, tal como lo tienen los hombres. La legislación debe proveer una regulación general que reconozca este derecho, ya que son ellas quienes conocen su propia realidad.

Quienes decidan abortar lo harán de todos modos. Lo hicieron en el pasado, como nos lo recordaba esta semana la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, con ganchos y palos de perejil; hoy lo hacen con medicamentos. Se estiman 40 mil a 170 mil abortos clandestinos anuales.

Ante una realidad inesquivable, es mejor una norma que asegure su salud y su vida, sin criminalizarlas, como hasta hoy ocurre en Chile. Según la Corporación MilesChile, entre 2012 y 2022 se abrieron 444 investigaciones por el delito de aborto, incluyendo abortos espontáneos acreditados (el 10%) y aun así hubo denuncias que dieron inicio a sendos procesos.

Ninguna mujer se embaraza para abortar ni se persigue promoverlo al apoyar su despenalización. Pensarlo así es desquiciado. Se trata de reconocer que es un tema de salud pública, y que es un deber de la sociedad y el Estado proteger a las mujeres de una preñez que no será buena para ella ni para quien fue engendrado.

Para las mujeres la maternidad es demasiado importante como para improvisarla o como para recibirla en momentos de extremada pobreza, de violencia, de dignidad pisoteada, con la emocionalidad desmejorada. No quieren traer hijos a un entorno hostil, desabastecido de alegría y posibilidades de desarrollo.

Para algunos, ello es difícil de entender. En ciertas circunstancias las mujeres no desean tener hijos porque no están seguras de poder cuidarlos, ya sea porque no quieren ser madres o porque no cuentan con los medios. Esto, sin considerar los casos en que el momento de la concepción ha sido forzado.

Pocos saben que el cuerpo materno sufre un sinfín de trastornos durante la gestación y la lactancia, haciendo que durante el posparto deba recuperar las condiciones alteradas, ya sean del sistema endocrino, respiratorio y demás. Por ello no resulta tan fácil que la mujer quiera vivir todo eso, para conseguir una maternidad sin bebé.

Nadie puede atribuirse la representación de la ciudadanía, desconociendo lo que esta ya ha expresado. La encuesta CEP de marzo (abril de 2025) muestra que solo un 16% está en contra del aborto en cualquier circunstancia, una posición que era mayoritaria  hace 25 años. Hoy, un 83% está a favor de su legalización: un 50% en casos especiales y un 33% en cualquier caso. Es decir, el país está preparado.

Sin embargo, nos alistamos para volver a escuchar los mismos antiguos argumentos de parte de parlamentarios y otros políticos que pagan asesores para diversos ítems, pero no para el tema de la igualdad de derechos, demostrando que aún no han notado que Chile es un país distinto al que conocieron 30 años más atrás. ¿El Día de la Marmota?

Se argumenta que “tienes la alternativa de dar en adopción” a personas que “podrán cuidarlas y hacerlas felices”, pero eso no es más que reducción de daños. Los “partidarios de la vida” suelen ser partidarios de su inicio, pero no de su continuación con un estatus humano.

Necesitamos fortalecer una cultura de dignidad para las mujeres y su potencial reproductivo, de respeto por su opinión y su libertad personal, disminuyendo al máximo las posibilidades de que sean víctimas del sometimiento sexual y otros abusos de poder. Las mujeres deben dejar de vivir al vaivén de los dogmas, de culturas hegemónicamente masculinizadas o de las necesidades demográficas del periodo.

Todos estamos contra el aborto y nadie anhela uno, pero muchos creemos que los niños y las niñas tienen derecho a nacer deseados, porque asegurar este derecho hace posible el cumplimiento de todos los demás, aunque los padres sean pobres, o poco preparados… o poco dotados.

Cuando se habla de legislar sobre la interrupción del embarazo, saltan las voces de siempre diciendo que ello fomentará el aborto y el libertinaje… Probablemente haciendo uso de sus bolas de cristal para adivinar un futuro que no ven.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.

Publicidad