En Arica y Renca se encuentran los establecimientos que lograron los resultados más bajos en la última prueba Simce. Ambos son particulares subvencionados y piden no ser estigmatizados, ya que atienden al sector más vulnerable de la sociedad. De hecho, uno de ellos pertenece al Hogar de Cristo.
Luego de la entrega de los resultados del Simce (Sistema de Medición de la Calidad de la Enseñanza) esta semana, la mirada estuvo centrada sólo en los colegios que obtuvieron los mejores puntajes. Es decir, en aquellos que se empinaron por sobre los 300 puntos en las cuatro asignaturas que considera la medición, y se dejó de lado a quienes se ubicaron en los últimos lugares de la tabla de posiciones. Éstos ni siquiera alcanzaron 190 puntos en cada uno de los contenidos de la medición, siendo que la media nacional fue de 251, 253, 251 y 256, en Lenguaje, Matemática, Comprensión de la Sociedad y de la Naturaleza, respectivamente.
Los últimos lugares a nivel nacional fueron ocupados por establecimientos subvencionados urbanos de Arica y Renca, los cuales atienden a una población proveniente del estrato Medio Bajo (ingresos familiares hasta $104.464.) y Bajo (ingresos familiares hasta $153.080.), con serios problemas de adaptación social.
Por ello, los directores de ambas escuelas estiman que no se les puede comparar livianamente con otros colegios de su mismo nivel y que se hace imprescindible que el ministerio presente el proyecto de Ley de Subvención Diferenciada, que permita allegar más recursos para educar a los alumnos que más gasto generan en el sistema educacional.
Arica obtuvo record negativo
En la comuna de Arica se emplaza el colegio Talleres Laborales Baldomero Lillo, establecimiento que obtuvo el rendimiento más bajo de la última prueba Simce: 146, 163, 182 y 185 puntos en Lenguaje, Matemáticas, Comprensión de la Naturaleza y de la Sociedad respectivamente. En la actualidad atiende sólo a 72 alumnos de Quinto a Octavo básico, posee una planta de tres profesores, cuatro salas de clases y un laboratorio de computación.
Su director, Hernán Quintana, señala que no pueden ser estigmatizados a priori por los bajos resultados, ya que la escuela atiende a niños considerados "problema" por la sociedad.
"No tenemos la posibilidad de preparar adecuadamente a los chiquillos para el Simce, porque ésta es una escuela que reinserta a niños y niñas que desertan de otros establecimientos. Por lo tanto, cuando llegan a los cursos vienen de una situación de deserción escolar. No tienen rutina, ni hábitos de estudio", puntualiza.
"Además una cosa es matricularlos y la otra es qué hacemos para que el niño se quede en la escuela estudiando. Hay que reencantarlos, porque por alguna razón desertó de otra escuela. Una vez que lo hemos logrado retener, hay que hacer lo posible porque se quede. No es fácil nuestro trabajo", dijo.
Al respecto, Quintana precisa que el 54% de sus alumnos tiene entre cuatro y ocho años de retraso pedagógico, lo que grafica el difícil escenario en que laboran. Por eso indica que "lo que el Estado tiene que hacer -a partir de estos resultados- es ver cómo mejora los recursos para apoyar de mejor forma a los alumnos y sus familias" y agrega la importancia que en este sentido tiene el proyecto de Ley de Subvención Diferenciada.
"Nosotros recibimos la subvención común y corriente que recibe cualquier escuela, ése es nuestro drama, porque además de atender a los más pobres, atendemos a los que tienen asociado el daño psicosocial. Esta es una escuela que debería tener un psicólogo, debería tener una asistente social, debería tener monitores educativos, y para eso es muy importante la ley", sostuvo.
Sin embargo, Quintana precisa que como estos subsidios serán destinados a los sectores más bajos, antes que nada debe resolver la clasificación que le asignó el ministerio de Educación (Mineduc) sin consultarle.
"Esta es una cosa que tengo que solucionar con el ministerio porque se nos clasifica en un estatus económico que ellos le denominan B, pero nosotros consideramos que se les debería clasificar en A, con las escuelas de más bajos recursos. Deberíamos estar clasificados allí. Nosotros no sabemos como sacaron ese dato", concluyó.
Atendiendo a los más pobres
El segundo colegio más "malo" del país desde el punto de vista de los resultados es la Escuela Básica N°1757, de la comuna de Renca, y que depende del Hogar de Cristo. Tiene una matrícula de 110 alumnos de Tercero a Octavo básico, 11 profesores y 14 computadores (tres donados por el Mineduc y 11 provenientes de donaciones).
Los resultados obtuvo 162,192,180 y 176 en Lenguaje, Matemática, Comprensión de la Sociedad y de la Naturaleza respectivamente.
Al igual que el colegio de Arica, su público objetivo está en los sectores vulnerables y a pesar de ser particular subvencionado, no persigue fines de lucro, sino que pretende ayudar a la comunidad local afirma la directora del establecimiento, Iris Mernez, quien detalló el tipo de ambiente en que trabajan.
"Nosotros atendemos a los más pobres de los pobres, son chiquillos que tienen un retraso pedagógico en varios años de estudio. Ahora nuestros alumnos son grandes. Por ejemplo, los que están haciendo Tercera y Cuarto básico en la escuela tienen entre 8 y 9 años, pero los nuestros tienen entre 11 y 15 años, es decir son casi adolescentes. Son los niños que rechaza el sistema que no los aceptan en ninguna parte por la edad y por los problemas conductuales de aprendizaje».
«Entonces, es un tanto difícil trabajar con ellos, pero estamos trabajando de elevar la calidad de nuestra educación para elevar nuestros resultados, porque creemos que de una u otra forma independiente de la privaciones que hayan tenido pueden ser mejores. Tener una mejor educación y subir en el Simce, es un tema que hasta hace un par de años no nos preocupaba y ya desde el año pasado estamos sobre el tema y trabajando en torno a los contenidos mínimos y objetivos fundamentales", señaló.
Sobre la importancia del proyecto de Ley de Subvención Diferenciada dijo que es vital su aprobación, porque no alcanza con los actuales recursos que destina el sistema.
"La subvención que nos entrega el ministerio no nos alcanza, sólo cubrimos el 25 por ciento de nuestra necesidad, porque además trabajamos con grupos pequeños. Podríamos quizás tener doscientos alumnos con cursos de 40 alumnos, pero nosotros trabajamos con un máximo de 30. Entonces, al tener 200 alumnos obviamente el ministerio nos entregaría más recursos. Por eso esperamos que el gobierno presente el proyecto de Ley de Subvención diferenciada".
"Nosotros estamos tratando de hacer este año aulas especializadas para Lenguaje, Matemática, pero los fondos son muy limitados y no nos permiten comprar más allá de unos diccionarios o un globo terráqueo. Lo ideal sería que pudiesen tener también un laboratorio para que hagan experimentos en ciencias, ahora si llega la subvención diferenciada podríamos hacer algo mejor para favorecer los aprendizajes", concluyó Mernez.
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