Mientras los máximos dirigentes de la Alianza intentan contener las divergencias surgidas a raíz de las declaraciones de ambos, la escalada de hechos va en aumento y sumó la cita del ex edil con el ministro del Interior, que excluyó al abanderado de RN, Sebastián Piñera. Pese a todo, un sector del gremialismo alaba este nuevo »estilo» de hacer política.
Pese a que en la Alianza intentan bajarle el perfil a las diferencias provocadas tanto por los dichos de Joaquín Lavín como por el respaldo cerrado que le entregó el senador Pablo Longueira, cada vez es más difícil para el gremialismo abstraerse de lo que está sucediendo, sobre todo ahora que el Gobierno decidió ungir al ex alcalde como interlocutor válido para intentar llegar a acuerdos con la derecha, excluyendo al abanderado de RN, Sebastián Piñera.
Este episodio fue abordado en la tradicional reunión de mesa gremialista de los lunes. Si bien al interior del partido los dirigentes reconocen que el debate le ha producido algunos buenos dividendos al partido, se niegan a apoyar abiertamente a Lavín, no sólo para evitar interferencias en la relación con sus aliados, sino también para mantener su independencia y no comprometerse frente a eventuales acuerdos asumidos con el ex alcalde de Santiago con La Moneda.
De allí que la directiva de la UDI no aceptara que Lavín fuese acompañado por algún representante del partido a la cita con el ministro del Interior, Belisario Velasco, como lo había solicitado. Haberlo aceptado habría sido darle "carta blanca", algo a lo que la mesa se resiste, según fuentes de la colectividad. Los dirigentes gremialistas prefieren definir su actuación sin contar con la presión adicional de tener a Lavín negociando con el Ejecutivo, por lo que en sus acuerdos "él no representa a la UDI" -dicen en la tienda- y el partido "verá lo que hace".
Pero el tema no se quedó sólo en la reunión de mesa, ya que en la Comisión Política de la noche del lunes tampoco se pudo soslayar la reunión Lavín-Velasco.
De todos modos, aunque inevitablemente hay voces que al interior de la UDI siguen discrepando con la actuación de Lavín y el respaldo que le entrega Longueira, hay otras que no titubean ni un segundo en salir valorar este "estilo moderno" de hacer política.
Este es el caso del alcalde de Recoleta, el también UDI Gonzalo Cornejo, quien no sólo defiende la postura de estos dirigentes de su partido, sino que recuerda que el ex jefe comunal no ha hecho nada diferente de lo que viene planteando desde que fue candidato presidencial de la derecha, que no ha hecho otra que ser "consecuente" con su discurso.
Además, rechaza las críticas que desde RN le hicieron la semana pasada a Longueira, acusándolo de haber impedido que la Alianza llegara al Gobierno con el acuerdo con el ex Presidente Ricardo Lagos, asegurando que este episodio "representa un punto cúlmine en el éxito de la política de la Alianza en ese minuto" y que la reacción de RN y Piñera en torno a las declaraciones de Lavín y Longueira dan cuenta de un nerviosismo injustificado y de una interpretación un "poquito histérica" de los hechos.
Tan de acuerdo está Cornejo con la postura adoptada por Lavín y Longueira que el sábado pasado subió a YouTube un video en el que aclara a su electorado los reales alcances del «bacheletismo-aliancista» proclamado por estos personeros. Todo, con el objetivo de que el concepto se entienda en el fondo y quienes lo critican no se queden sólo en la forma.
-¿Qué le parece que en RN critiquen a Longueira porque, según ellos, la polémica sobre el bacheletismo-aliancista podría repetir los "desastrosos" efectos del acuerdo Lagos-Longueira que habría hecho perder a la Alianza la posibilidad de llegar a La Moneda.
-No sólo no estoy de acuerdo, además creo que están profundamente equivocados, porque si uno hace solamente un análisis cronológico, que es historia no interpretación, sino sólo constatación histórica, se da cuenta que en realidad el punto de quiebre de la candidatura de Joaquín Lavín fueron los resultados desastrosos de la elección municipal del 2004. Hasta antes de ese hecho político que marcó el inicio del declive de Joaquín Lavín, todas las encuestas daban que Joaquín Lavín era el próximo Presidente. Y, claramente, uno no puede atribuirle responsabilidad a Longueira cuando el resultado de la elección municipal se debió fundamentalmente a los votos de Renovación Nacional que permitieron el cambio en la ley y, concretamente, de dos de sus senadores, Carlos Cantero y Mario Ríos, que fueron los que dieron las mayorías necesarias para cambiar el sistema electoral municipal que significó una gran derrota en términos de la cantidad de alcaldías que estaban en manos de la Alianza -perdimos cerca de 100- y se generó, obviamente, una situación, un estado de ánimo de derrota en nuestro sector y de exitismo en la Concertación.
-¿O sea que en su opinión el acuerdo no fue el causante del fracaso?
-Además, la interpretación del acuerdo Lagos-Longueira de 2003 es exactamente el contrario. No solamente no fue la causa de la declinación de la campaña de Lavín, sino que además representa un punto culmine en el éxito de la política de la Alianza en ese minuto. Por otra parte, la dupla de Pablo Longueira y Joaquín Lavín ha demostrado empíricamente, en los hechos, que ha sido la más potente y exitosa de la derecha chilena en los últimos 70 u 80 años. El lograr un éxito municipal de que la Alianza tuviera la mitad de las alcaldías de Chile en 2000, el hecho de que lograra -además por primera vez, si uno toma en cuenta la cantidad- más chilenos gobernados por alcaldes de la Alianza que por alcaldes de la Concertación. Eso habla del éxito de esta dupla. Además, Joaquín Lavín transformó la política chilena bajo un discurso que es el que fundamentalmente está repitiendo hoy día, uno con mirada de Estado, sobre la base de anteponer a Chile por sobre los legítimos intereses que pueda tener cada grupo, cada partido o cada coalición. No solamente están equivocados en ese análisis, y basta con constatar la historia, sino que además creo que es un comentario un poco interesado.
-¿A qué se refiere con eso?
-Interesado en el sentido de generar una equivocada interpretación respecto de lo que significó el acuerdo Longueira-Lagos de 2003 y, además, un poquito histérico, porque se ha generado un nerviosismo en Renovación Nacional y en Sebastián Piñera que yo creo que es absolutamente injustificado, si es que uno le cree a lo que ha planteado el mismo Piñera, en el sentido de que los liderazgos hay que promoverlos, de que como dice el viejo adagio chino de que las flores hay que dejarlas crecer para que llegue su minuto, que no es éste, y se elija cuál es la flor más bonita que nos representará en la elección presidencial de 2009. Yo sugiero un poco más de tranquilidad, respirar profundo y no dejarse llevar por estas histerias de última hora.
-¿Resurge, entonces, esta "exitosa dupla"?
-Yo creo que las figuras de Joaquín Lavín y Pablo Longuiera no pueden restarse de la política chilena ni ahora ni de aquí para adelante. Ellos son dos grandes líderes muy importantes, no solamente en la oposición o en la Alianza, sino que también en la política chilena. Porque tienen una mirada de colaboración permanente, constructiva y positiva para poder estar disponibles en los grandes temas de Chile y creo que esa es la manera moderna de ver la política. Eso es lo que yo llamo la política 2.0 y, finalmente, es una mirada que es muy inclusiva independiente de quien sea el Presidente o el Gobierno de turno.
-Al principio hubo consternación en la UDI por los dichos de Lavín y por el hecho de que Longueira los respaldara y de repente, la semana pasada, cambió el discurso. ¿Cree que finalmente se entendió lo que ellos están tratando de promover?
-Creo que sí. Creo que se entendió, porque se reflexionó respecto de cuál era el sentido más profundo de lo que Lavín estaba diciendo y a lo que Longueira estaba adhiriendo. Y, en ese sentido, creo además que la UDI se ha dado cuenta de que en términos estrictamente partidistas esto le ha traído un gran beneficio.
-¿Por qué?
-Porque han resurgido liderazgos importantes como el de Lavín y Longueira. Hoy día esto ha llevado naturalmente a que la UDI tenga un rol más protagónico dentro de la Alianza que, por lo demás, es el rol que le corresponde al partido más grande de Chile y al partido más grande dentro de la coalición de oposición.
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