Encuentro con Paul Cha se realizó en la Corte de Apelaciones de Santiago, junto al detective Nelson Jofré. El magistrado estaría evaluando enviar muestras a laboratorios estadounidenses sobre otros procesos conexos al deceso del ex mandatario: la muerte de miristas en la Cárcel Pública y el caso del cabo Manuel Leyton.
El ministro en visita que investiga un pool de causas relacionadas entre sí, como el fallecimiento del ex Presidente Eduardo Frei Montalva, se reunió por cerca de una hora con Paul Cha, jefe de de la misión del FBI en Chile.
El encuentro se realizó en la Corte de Apelaciones de Santiago, donde participó además el detective Nelson Jofré, invstigador del caso.
Según trascendió, la idea del magistrado es tender un "puente de cooperación" con el FBI para futuras diligencias.
Esta no es la primera vez que el juez Madrid solicita los "servicios" de la entidad policial estadounidense. Anteriormente, envió los restos de Frei para determinar si existían elementos venenosos en las osamentas del ex Mandatario. Los análisis, en todo caso, no fueron positivos, salvo que se confirmó que los restos eran verdaderos.
Frei falleció en la clínica Santa María en enero de 1982, luego de ser sometido a varias operaciones estomacales. Hasta ahora sigue siendo un misterio si murió por causas naturales o bien fue envenenado por agentes del régimen militar. En todo caso hay sospechas.
Otras muestras
Fuentes oficiosas comentaron ayer que Madrid podría enviar nuevamente muestras de dos casos que tramita a los laboratorios de Estados Unidos. Una de ellas podría ser del proceso por los reos del MIR que fueron envenenados con toxina botulínica en la cárcel pública en diciembre de 1981, donde murieron también dos presos comunes.
Y el otro podría ser la investigación sobre el cabo de la DINA Manuel Leyton Robles, asesinado por sus propios pares en 1975, donde el ministro Madrid sometió a proceso a ex médicos de la clínica London.
Madrid podría usar estos dos procesos como una forma de vincular las fórmulas usadas para envenenar opositores al régimen militar, como un nuevo agregado a la tesis de que Frei fue víctima de estas consecuencias.
Parte de ese fundamento está presente en el caso de los miristas antes mencionado. Y ello porque la toxina botulínica llegó a Chile a través del ISP en 1981, siendo derivada al doctor Eduardo Arriagada Rehren, quien por esos años era el jefe del Laboratorio de Guerra Bacteriológica del Ejército (LGBE).
Se suma a ello que un liofilizador del ISP (instrumento que sirve para volver polvo distintos elementos) fue llevado al mismo LGBE. La lógica, entonces, indica que la toxina fue sometida a un alto vacío para convertirla en un veneno poco detectable en la ex Cárcel Pública.
