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El extraño caso del chileno que dieron por muerto en accidente en Madrid

Según la página memoriaviva.com Juan José Soto Vargas es un ex oficial de la DINA que se escondió en Alemania desde 1981 pero en mayo de 1989 aparece solicitando asilo político en Suecia. Asimismo se indica que durante su estadía en Europa se dedicaba a espiar a verdaderos exiliados para entregar información a sus antiguos jefes.


En una curiosa coincidencia el nombre del chileno Juan José Soto Vargas, a quien el supuesto cónsul en la capital española Carlos Montenegro dio como fallecido en el accidente aéreo en Madrid que dejó 153 muertos, es exactamente igual al de un ex agente de la DINA.



Durante un contacto telefónico al noticiario de TVN, que se cortó de manera abrupta, el falso diplomático aseguró que el fallecido era Juan José Soto Vargas, quien residía en Alemania, país al que llegó exiliado y que había abordado el avión junto a su hijo Pedro Oscar Soto.



Según la página memoriaviva.com Juan José Soto Vargas es un ex oficial de la DINA que se escondió en Alemania desde 1981 pero en mayo de 1989 aparece solicitando asilo político en Suecia.



Asimismo se indica que durante su estadía en Europa se dedicaba a espiar a verdaderos exiliados para entregar información a sus antiguos jefes.



En tanto el Ministerio de Relaciones Exteriores precisó que el cónsul en Madrid es Rodrigo Quiroga a la vez que descartó que un ciudadano chileno, identificado como Juan José Soto Vargas, haya fallecido en el accidente.



El paso de Soto Vargas por Argentina



Este personaje atípico chileno, quien estaría residiendo en argentina, tuvo el 2007 un conflicto en los tribunales de la ciudad de La Plata con motivo del juicio contra el ex capellán de la policía bonaerense Christian Von Wernich quien finalmente fue condenado a cadena perpetua tras ser extraditado desde Chile donde se desempeñaba con otro nombre en la iglesia del balneario de El Quisco.



En la oportunidad el presidente del Tribunal Oral Federal, Carlos Rozanski, interrumpió el relato del primer testigo en el juicio contra Von Wernich.



«Que un policía detenga a esa persona y la retire de inmediato de la audiencia», ordenó el magistrado ante el desconcierto del público que presencio sus insultos y empujones en contra del ex juez Juan Guzmán Tapia, quien ocupaba las primeras filas del recinto.



En la oportunidad el agresor le recriminó a Guzmán Tapia no haber resuelto dos querellas que había presentado por delitos de lesa humanidad.



Asimismo en Argentina Juan José Soto Vargas denunció al general en retiro chileno Luis Ramírez Pineda por violaciones a los derechos humanos, en una movida que según organismos de derechos humanos podría convertirse en la primera traba para la extradición del ex jefe militar a Francia, donde se lo reclama por la desaparición de varias personas luego del golpe contra Salvador Allende en 1973.



En una presentación que recayó en el juzgado federal a cargo de Claudio Bonadío, Soto Vargas denunció a Ramírez Pineda por los delitos de «violación de derechos humanos» (sic), «detención ilegal, tortura y tormentos y desaparición de personas».



En la prensa argentina de la época se indicó que en dicho caso Soto Vargas se presentó como ligado al Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de América Latina y el Caribe, pero sin hacer referencia a su pasado como agente de inteligencia chileno, un tema del que sí habló en el juicio oral y público por el atentado contra el general Prats y su esposa, que se realizó en Buenos Aires entre septiembre y noviembre de 2000.



En la oportunidad, Soto dijo que 1974 «iba con frecuencia» a la DINA, ya que integraba las Brigadas de Información Ciudadanas.

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